A Grandes granjas, grandes gripes es la ultima publicación de Rob Wallace, un biólogo evolutivo y experto en salud pública en el que critica el sistema agroindustrial que existe en el planeta.
Aprovechando la sinergia de la pandemia y la tendencia animalista que existe en los países el Sr. Rob Wallace ha publicado su escrito en una mezcolanza que no deja demasiadas dudas del futurible posible de la humanidad y de una serie de perjuicios que a primera vista nos pueden parecer totalmente falsos.
Y esto es así hasta que piensas que su escrito tiene una visión global, no local, es decir, no únicamente de países como los de la Unión Europea, y no todos ellos, sino de muchos otros donde las normativas son poco menos que inexistentes o no aplicadas.
La primera lectura es escalofriante por lo que asegura: Los animales viven hacinados en espacios pequeños, sin luz ni ventilación, sin medidas de higiene mínimas, que comen en la misma superfície donde hacen sus necesidades, comiendo entre las «cucharadas de cereales» restos de excrementos.
De aquí salta hacia los centenares de millones de pollos y cerdos que malviven en estas situaciones y, como no podía ser de otra forma, los pollos y cerdos enfermos son enviados al matadero acabando en una bandeja de plástico del supermercado que usted comprará, cocinará y comerá.
Siguiendo en la lectura empieza a profetizar el coronavirus es solo una de toda una serie de nuevas cepas patógenas que han aparecido o reaparecido como amenazas para el ser humano en este siglo, como la gripe aviar, la gripe porcina, ébola, fiebra q o Zika.
Lógicamente y con gran razón culpa a los políticos por su precariedad en las actuaciones así como a la OMS (Organización Mundial de la Salud) por sus actuaciones poco éticas favoreciendo a los Estados Unidos y Europa en la creación de vacunas que estos venderán luego a los países que pueden permitirse pagar estas vacunas pero que no les permiten hacerlas ellos mismos, denunciando que primen el beneficio económico sobre la salud pública o que rechazan descubrimientos científicos para salvaguardar intereses nacionalistas en lo que denomina la «perversión de la ciencia».
Evidentemente son muchas las objeciones que podemos presentar en este batiburillo que mezcla conceptos tan dispares y tan divergentes con la realidad en nuestro país y en toda Europa en general. Conocemos perfectamente que los animales en la inmensa mayoría de granjas tienen unas condiciones de vida, luz, higiene etc que están a un nivel muy alto. Se puede discutir si puede mejorarse o no, este es otro tema, pero lo que si es cierto que a nivel mundial ya es otra cuestión.
Que los animales enfermos no van a matadero es otro tema que ya hasta es cansino de explicar: que no. que los animales enfermos NO se pueden transportar por ley y no se hace entre otros motivos, por el riesgo de sanciones, que quizás es el correctivo más importante.
Asegura que las mutaciones de la gripe aviar de baja a alta patogenicidad se dan mayoritariamente en granjas avícolas… pues igual que nos ocurre con la vírica hemorrágica en conejos, se dan donde hay la especie afectada, donde si no.
Y así podemos continuar hilvanando o contrahilvanando, pero lo cierto es que cada vez hay más población humana y esto demanda más instalaciones agropecuarias con tamaños más grandes y por tanto los riesgos de presentación de nuevos procesos o reaparición de ellos son evidentemente más elevados.
Del mismo modo este aumento de la población tiene un peso total en el proceso de cambio climático que estamos viviendo en nuestro planeta cambiando las interacciones de humanos con virus y bacterias, así como el contacto con productos nuevos que alteran el comportamiento del cuerpo humano, quizás con mayor importancia de la que es fácilmente atacable, la producción ganadera.
Aún así, tengamos claro que a granjas grandes posiblemente grandes problemas si estos aparecen: conclusión, !bioseguridad al máximo!