En Ebronatura llevamos más de 20 años apoyando el sector de la Cunicultura. Desde sus inicios apoyamos a los cunicultores en el día a día con los distintos manejos y con las nuevas tecnologías necesarias para el avance de las explotaciones. Por ello, queremos compartir experiencias, aprendizajes y entrevistas con cunicultores experimentados.
Queríamos tener un testimonio de la experiencia de algún cunicultor que se hubiese iniciado con una granja pequeña de pocos animales y que haya llegado a conseguir una explotación industrial. Para ello, hablamos con un cunicultor de Teruel y nos cuenta sus vivencias que compartimos con vosotros.
En los últimos años el número de explotaciones ha descendido de 4.661 en 2007 a 3.314 en 2015 (Fuente: MAPAMA). Pero el censo cunícola ha subido en ese mismo periodo de 5,8 millones a 6,5 millones de conejos: hay menos granjas pero son más grandes. Esto hace que, hoy en día para la mayoría de los ganaderos, la cunicultura sea la actividad principal.
¿Cuándo y por qué elegiste la cunicultura como forma de vida?
La actividad la inicié en junio de 1998, alquilando una pequeña explotación que estaba parada. Era una segunda actividad, casi un entretenimiento, ya que siempre me gustaron los animales y en especial los conejos. Un par de años más tarde, decidí construir una nueva nave y en abril del año 2002 empecé a trabajar en ella.
Bajo tu punto de vista como productor, ¿qué no debe faltar en las instalaciones de una explotación de conejos?
Hoy en día el productor va, o debe de ir, a producir el máximo posible con los mínimos costes. Con los márgenes en los que nos movemos, es la única forma de subsistir.
Para poder producir el máximo con los mínimos costes posibles, son de gran utilidad herramientas como sistemas de racionamiento de alimentación, programas de ventilación controlada y programas informáticos de manejo de los animales.
Desde que montaste la explotación, ¿qué mejoras has realizado y en qué te han beneficiado?
A la hora de invertir en las instalaciones, procuré modernizar la explotación al máximo: (alimentación automática, mejora de la ventilación controlada, mejores acabados y aislamiento). Todas estas mejoras repercuten directamente en los resultados de la explotación.
Al tener mejor ventilación, menos oscilaciones de temperatura y perder menos tiempo en tareas que ahora están mecanizadas, los animales están mejor y yo tengo más tiempo para invertir en otros pequeños detalles de manejo.
¿Qué herramienta de las anteriores te parece más necesaria para el buen funcionamiento de la explotación?
De todas las herramientas anteriores, yo creo que una correcta ventilación es imprescindible para el buen estado de los animales. Unido a esto, deben ir un buen aislamiento de la nave y un buen manejo. Yo creo que estos son los elementos fundamentales para un correcto funcionamiento.
Ahora vemos que en las explotaciones de conejos hay muchos métodos para tomar datos, en tu caso, ¿cómo trabajas este punto?
En 2012, con la ayuda de un amigo, cambié el sistema de control de datos. Pasé de utilizar fichas de papel, tanto individuales como de banda, a utilizar un programa informático para la recogida y posterior gestión de datos.
Cuéntanos cómo habéis desarrollado el programa informático.
Un amigo me ayudó durante un tiempo y empezó a recopilar datos para crear un programa informático. Se dio cuenta que tenía muchos datos a los que no les sacaba ningún beneficio, por falta de tiempo.
En ese momento vio la necesidad de que esos datos los tenía que gestionar el granjero, pero con la ayuda del ordenador.
Creó dicho programa, el cual está mejorando actualmente, y empecé a trabajar con el. Ahí meto todos los datos de la explotación, fertilidad, partos, destetes, gazapos vendidos, etc., con lo que tengo un control individual de las reproductoras.
¿Qué ventajas te aporta la informatización de los datos?
El programa me ayuda a tener toda la información de las hembras y la trazabilidad de la explotación; puedo saber de qué abuela es cada coneja y ver los resultados de las hijas de cada abuela para elegir las mejores futuras reproductoras.
Es más rápido y se extrae más información que tomando los datos en papel.
Por ejemplo, para poner la fecha de inseminación, con un golpe de botón se graba en todas las hembras. Igualmente, a la hora de palpar, marco a todas como preñadas y a la que no está le doy al signo menos y sale ya negativa. Así sólo anoto las negativas.
En la granja llevo el ordenador en un carro delante de mí y miro el historial de las conejas negativas para decidir si eliminarlas o no. También se puede imprimir en papel el listado completo de las hembras y llevarlo encima.
Otra de las ventajas, es a la hora de introducir el lote de reposición en la banda.
Si tengo 90 conejas nuevas para la banda y he desechado 60 con alguna patología o por escasa productividad (menos de 9 gazapos en los 3 últimos partos) y sobran 30, las tengo que quitar de producción.
En este caso, el programa me lo da automáticamente, lo calcula por los índices de selección que le hemos asignado previamente: fertilidad, nacidos vivos, bajas por hembras o vendidos por hembras.
Con este sistema puedo seguir toda la trazabilidad por hembra, es más selectivo y más exigente.
Antes tenía que mirar ficha por ficha hasta encontrar esas 30 hembras y es muy latoso y costoso en tiempo.
A la hora de destetar, traslado las conejas a la otra nave vacía. Para ello, utilizo un carro de transporte donde coloco cada hembra con su reposapatas (por higiene) y su número de identificación.
En las jaulas del carro van anotados el número correspondiente a cada jaula y el número de identificación de cada coneja que lo coloco dentro de una funda de plástico pegada al frontal de la jaula.
¿Crees que es importante tomar datos globales pero sin olvidarnos de los individuales?
En mi opinión, siempre es mejor tener datos individuales porque teniendo éstos, también tenemos los colectivos. Esto no pasa al contrario.
Y cuando desciende algún parámetro productivo, los datos individuales son muy útiles a la hora de buscar los culpables del problema, siendo su resolución más sencilla.
¿Cómo ves el futuro de la Cunicultura en España?
El futuro de la cunicultura en nuestro país es bastante incierto. Cada vez son más las explotaciones que tienen que abandonar la actividad, por falta de rentabilidad.
También estamos inmersos en un importante proceso de desmedicalización, que todavía no sabemos cómo afectará a nuestras explotaciones.
Seguramente las claves para ser más competitivos y en definitiva, poder seguir viviendo de esta actividad que tanto me gusta, serán utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para producir más con menos (genética, alimentación, ventilación, manejo, etc.).
Tampoco debemos olvidarnos de la comercialización. El mercado ya está saturado y cansado del conejo industrial. Quizás la solución pase por producir un conejo diferenciado, que le dé un valor añadido al producto actual.
¿Cómo ves tu futuro?
Disfruto haciendo mi trabajo. Hay momentos mejores y peores, pero me gusta lo que hago y me ayuda para no perder la ilusión, te hace mejorar, pones más interés en lo que haces. Para mí no es sólo un trabajo, es una forma de vida y hay cosas que si no te gustan mucho no las haces y son importantes.
Cada día nos enfrentamos a diferentes situaciones, hemos pasado severas crisis del sector y vemos que con la unión y el trabajo en común nos podemos enfrentar a los retos del futuro.