Hay refranes con más acierto que otros, en los que la experiencia aporta una dosis de certeza combinada con cierta floritura verbal, en la que la sonrisa aparece al leerlas y se reconoce cierta predicción futurista.
«Si quieres plata trabaja», «los negocios son como el amor, a veces se pierde y otras se gana», «negocio es la transacción donde todos salimos ganando», y así unos cuantos centenares más, muchos de ellos con un tono ligeramente distinto, en el que la honradez tiene una constante importante desde una óptica poco positiva.
Hay que aumentar el número de conejas, hacer más inversiones, ser más profesionales, entender de economía, trabajar más…
Además, debemos entender situaciones de mercado que son francamente difíciles de digerir cuando estamos centrados en nuestra granja haciendo todo lo anterior e intentando evitar por todos los medios que nos entre una enterocolitis, vírica variante o mixomatosis.
¡ Esto tiene que cambiar… el precio tiene que subir y deberíamos pactar un precio mínimo !
Estos comentarios, diariamente se escuchan en las granjas y tienen una argumentación muy sólida desde la producción.
Pero ¿qué dice el sector de comercialización?
Lo cierto es que cuando se comenta la situación con ellos varía enormemente la percepción de la situación.
No da la impresión que en esta situación económica ni unos ni otros tengan un beneficio, sino más bien al contrario.
Sacrificar menos animales conlleva un aumento de los costes fijos y por tanto una reducción importante tanto de los ingresos como de los beneficios.
La piel no es en este momento un incentivo económico para ellos, mucho tiempo atrás era un coste, al menos eso sí que ha mejorado.
Mientras tanto la división va haciendo mella a diferentes niveles y a todos por igual, el sector se sacude con alianzas y fusiones que en primera instancia no se entienden.
Lejos quedan aquellos tiempos donde se percibían primas y las inversiones se amortizaban en pocos años aunque tampoco sabíamos el porqué ocurría.
Hay que apostar fuerte, pero para ello necesitamos tener varios caballos ganadores que puedan alcanzar la meta y permitir seguir viviendo de y para la cunicultura.
De lo contrario, seguiremos trabajando todos con promesas de mucho oro sin verlo nunca.
