Desde hace un tiempo se hablaba del informe de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) sobre la categorización de antibióticos destinados al uso en veterinaria. Pues bien, ya contamos con una forma definitiva y escrita.
No hay novedades importantes con respecto a lo que ya se conocía, aunque llama la atención la introducción que deja poco a discutir y nos obliga a acatar el Plan Nacional de Resistencias más por motivos morales que por otros.
“El desarrollo de resistencia a los antibióticos es considerado en la actualidad como uno de los mayores problemas de salud pública que tenemos que afrontar. Solo en España más de 2500 muertes anuales se deben a este fenómeno”
Hay que aclarar que, si bien las resistencias en sanidad humana poco tienen que ver con las resistencias en veterinaria, es innegable que: “el uso de antimicrobianos tanto en salud humana como animal ha generado vías de transmisión bidireccionales de microorganismos y resistencias que sólo pueden ser comprendidas con una visión global de las mismas”.
Por ello, la AEMPS, junto con la Agencia Europea del Medicamento (EMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), y teniendo en cuenta la necesidad de preservar en primer lugar la sanidad humana, han acordado una categorización que en teoría tiene que aplicarse en todo el mundo.
CATEGORÍA 1Antibióticos usados en medicina veterinaria de forma habitual y como primera elección pero que tienen recomendaciones de uso ya que son antibióticos críticamente importantes para la salud humana. Esto significa que son la única terapia o una de pocas alternativas disponibles para tratar enfermedades humanas graves, lo que significa que la aparición y diseminación de resistencias a estos antimicrobianos es un riesgo en medicina humana y un riesgo para la salud pública. |
En categoría 1 se incluyen:
- Macrólidos
- Rifamicinas
- Penicilinas sensibles a Betalactamasas
- Penicilinas resistentes a Betalactamasas
- Tetraciclinas
- Pleuromutilinas.
Estos antibióticos, entre los que están la tilmicosina, valnemulina, tiamulina, oxitetraciclina y doxiciclina registrados para conejos, NO pueden usarse como tratamiento profiláctico o de mejora de la producción aplicado en agua o pienso en ausencia de signos clínicos en los animales tratados.
Su uso necesita la confirmación de la presencia de la enfermedad en el grupo de animales y se debe limitar su uso al periodo mínimo necesario.
CATEGORÍA 2Antibióticos que deben ser usados en medicina veterinaria como 2.ª elección y/o último recurso por ser antimicrobianos críticamente importantes para la salud humana. Esto significa que son la única terapia o una de pocas alternativas disponibles para tratar enfermedades humanas graves, lo que significa que la aparición y diseminación de resistencias a estos antimicrobianos es un riesgo en medicina humana y un riesgo para la salud pública. |
En la categoría 2 se incluyen:
- Cefalosporinas de 3ª y 4ª generación
- Fluoroquinolonas y otras Quinolonas
- Aminopenicilinas
- Aminoglucósidos
- Polimixinas.
Estos antibióticos, entre los que están la enrofloxacina, Apramicina, neomicina, estreptomicina y colistina NO pueden usarse en tratamiento profiláctico o mejora de la producción en ausencia de signos clínicos en los animales.
Además NO pueden usarse como tratamiento de primera elección a menos que esté justificado y su uso debe hacerse sobre la base de resultados de pruebas bacteriológicas. NO puede usarse fuera de las indicaciones en la autorización comercial y limitarse estas a los casos que no existan otras opciones de substitución.
Su tratamiento lógicamente debe limitarse al mínimo periodo necesario para tratar la enfermedad.
CATEGORÍA 3Antibióticos no aprobados para su uso en medicina veterinaria. Su uso debe ser muy bajo y únicamente para tratar animales de compañía y caballos cuyo destino no es el consumo de alimentos. |
En realidad este es el apartado más sorprendente, pues si hay algún riesgo de contagio real de resistencias es precisamente con los animales que más contacto tienen con los humanos, y estos son los perros y gatos, precisamente los que tienen una brecha más grande de uso.
CATEGORÍA 0Antibióticos que no están incluidos en ninguna de las categorías anteriores. Estos antibióticos no han sido valorados ya que existen alternativas disponibles para tratar enfermedades humanas graves, y no suponen un riesgo de aparición y diseminación de resistencias. |
En la Categoría 0 se incluyen:
- Cefalosporinas de 1 y 2ª generación
- Sulfamidas
- Lincosamidas
- Nitroimidazoles
- Fenicoles
- Otros como la Bacitracina.
Su uso debe ser para tratar enfermedades que presenten signos clínicos en los animales durante el periodo que determinen las fichas de producto sin más restricciones que las que estén escritas en ellas y siempre evitando su uso profiláctico o de mejora de la producción animal
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