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Enfermedades respiratorias del conejo

Las enfermedades respiratorias del conejo engloban como tal a todos aquellos procesos infecciosos que afectan al aparato respiratorio del conejo, y principalmente los originados por bacterias del género Pasteurella, siendo en ocasiones concomitantes otros agentes patógenos como Bordetella, Staphylococcus, incluso hay algún caso en el que se ha detectado Pseudomonas, aunque esto es infrecuente. La presencia de mycoplasmas como patógenos activos en los procesos respiratorios está ampliamente descrita en la bibliografía, aunque a nivel de campo no suele ser causa frecuente de este tipo de problemas.

Condiciones ambientales

Los procesos respiratorios en cunicultura son muy habituales. Aunque son procesos de baja intensidad, en la mayoría de las granjas están presentes y siempre a la espera de cambios ambientales que favorezcan su proliferación.

Entre los factores ambientales merecen una especial atención la relación Temperatura / Humedad / Ventilación, presencia de gases nocivos y el nivel de polvo ambiental.

Temperatura

Las bajas temperaturas ambientales producen una disminución del riego sanguíneo, sobre todo en las fosas nasales y en los primeros tramos del aparato respiratorio. Esto afecta al nivel de defensas y al estado de las celulas epiteliales presentes en esta zona y las vuelven vulnerables a otros factores, predisponiendo o facilitando la proliferación de patógenos como Pasteurella.

Cuando las temperaturas son altas, provocan una hiperactividad de estas células ya que el sistema respiratorio es una de las vías de eliminación de calor más importantes para el conejo y afecta a su funcionalidad, pudiendo provocar lesiones que los agentes patógenos aprovechan para proliferar.

Polvo ambiental

El polvo ambiental generalmente está ligado a una ventilación deficiente pero también depende de otros factores, como la retirada de estiércol, el uso de paja muy sucia, hacinamiento, suciedad en las naves, presencia de telarañas, etc. Este polvo ambiental provoca irritación de la mucosa respiratoria, alterando los sistemas defensivos a este nivel.

Humedad

La humedad es un potenciador de los efectos de la temperatura ambiental. El exceso de humedad acentúa tanto a la acción del frío como la del calor, disminuyendo la eficacia del sistema inmunitario. Por otro lado, un exceso de sequedad aumenta la viscosidad del moco, afectando a las células epiteliales y lesionándolas.

Gases nocivos

La presencia de gases nocivos está relacionada con la ventilación o, por definir mejor, la falta de ventilación, ya que esta permite su acumulación ambiental. Su presencia en las instalaciones afecta directamente a la capacidad de los animales de captar oxígeno y obliga a elevar la frecuencia respiratoria con los efectos mecánicos que conlleva. Además la falta de oxígeno afecta los niveles productivos de forma muy evidente, disminuyendo los resultados reproductivos y aumentando la mortalidad.

Todas estos factores pueden favorecer el desarrollo de los patógenos y la posterior afectación general de los animales, pero la evolución clínica en las instalaciones cunícolas siempre dependerá de la patogenicidad de las bacterias implicadas.

Pasteurella

El contagio entre los conejos se produce de forma directa y a distancias cortas, pues hablamos frecuentemente de metros, no de decenas de metros. Generalmente es mediante aerosoles que se generan al estornudar, o en el comedero o el bebedero. Por tanto, la capacidad de diseminación es uno de los factores epidemiológicos que más influye en la evolución clínica del proceso.

Cuando entran animales de orígen externo, es frecuente que las nuevas cepas presentes en estos animales interaccionen con los animales que ya estaban en la granja y a la inversa, con lo que pueden darse procesos respiratorios por la introducción de estos animales foráneos, que con el tiempo van atenuándose.

Las cepas de Pasteurella en una misma granja parecen tener a tenor de los estudios realizados, mucha relación de parentesco, de forma que en una instalación se pueden encontrar varias cepas distintas pero que parecen tener un origen común.

Es de destacar que cuando se aislan bacterias a partir de un solo animal, no se detecta una sola cepa, sino que en un mismo animal se pueden encontrar varias cepas, lo cual no quiere decir que todas ellas sean patogénas.

A nivel de campo se observa una clara predisposición u objetivos diana de las bacterias. Hay cepas que de forma manifiesta producen otitis o abscesos en extremidades (Figura 1) y apenas se reportan casos de rinitis infecciosa (coriza).

PASTEURELLA & ENF. VÍRICA HEMORRÁGICA

En el caso de la pasteurelosis septicémica, que afecta a los órganos internos de lactantes y reproductoras, provocando procesos agudos que en ocasiones se confunden con la Enfermedad Vírica Hemorrágica del conejo (Figura 2).

Con la aparición de la nueva variante de la Enfermedad Vírica Hemorrágica (RHDV2, del ingés Rabbit Haemorrhagic Disease Virus 2), se han reportado casos de procesos que comenzaban con formas septicémicas de pasteurelosis en los que posteriormente al tratamiento -y curiosamente con una bajada de la mortalidad efectiva- hacía acto de presencia la RHDV2 afectando a gazapos y algunas reproductoras, principalmente en el momento del parto.

Mucho se ha comentado sobre este tipo de proceso concomitante, hasta el punto de que se sospecha que ambos procesos se refuerzan, asociándose ambos a una depresión inmunitaria, y que los conejos se encuentran entre dos frentes.

PASTEURELLA & EMIXOMATOSIS

Otro fenómeno que hay que resaltar es la capacidad de Pasteurella de aprovechar las lesiones producidas por el virus de la mixomatosis y provocar unos cuadros muy graves (Figura 3). En estos casos es evidente que el proceso más grave es la mixomatosis y que la Pasteurella simplemente “pasaba por ahí”, pero el incremento de la gravedad del proceso y de la cantidad de aerosoles portadores del patógeno, aumenta la presión infecciosa, disminuyendo la capacidad defensiva de los animales y favoreciendo un estado de inmunosupresión que el virus de la mixomatosis aprovecha.

El efecto potenciador de los procesos que puedan darse en las granjas por parte de las Pasteurellas es muy evidente y la explicación es sencilla.

No se trata de que en la instalación existan cepas superpatógenas, sino que su presencia en el aparato respiratorio de los animales sanos es muy habitual, y cualquier alteración a este nivel aumenta su proliferación y por tanto la sintomatología clínica.

PASTEURELLA & ENTEROCOLITIS

Otro ejemplo de esta sinergia lo podemos encontrar en procesos de enterocolitis, ya que en estos casos se produce una neumonía (Figura 4) que afecta a la respiración y favorece el desarrollo del proceso respiratorio, dandose incluso casos en que a simple vista se diagnostica un proceso respiratorio y cuando se procede a necropsiar los animales aparecen evidencias claras de que el proceso inicial es por enterocolitis.

La afectación en granjas al aire libre parece ser inferior en primavera y otoño, mientras que en las granjas con control ambiental se ven más casos en invierno. Esto se asocia a la densidad de animales y a la falta de ventilación por un lado, y a la climatología estable por otro.

También influye el hecho de que en granjas al aire libre es necesario disponer de animales con mayor resistencia, menos productivos pero que soportan mejor los cambios climáticos.

Cuando se utilizan líneas genéticas de elevado rendimiento en granjas al aire libre o semi-aire libre, la presencia de procesos respiratorios es más frecuente.

Tratamiento y control

El tratamiento de los procesos respiratorios tiene múltiples facetas, pudiendo combinarse para aumentar su eficacia.

En primer lugar, la mejora de las condiciones ambientales es básica, sobre todo en casos de ambientes cargados de gases nocivos o polvo.De lo contrario se volverá al punto inicial al finalizar el tratamiento. Con un aumento de la ventilación o su redirección ya se consiguen buenos resulados.

Es importante resaltar que en ambientes fríos y húmedos, la corriente de aire no debe incidir directamente sobre los animales, sino que debe pasar por debajo de ellos.

Pueden ponerse protectores de forma que esta corriente no afecte a los conejos, que son especialmente sensibles.

En verano ya es otro cantar, pues la corriente de aire nos facilita la regulación de la temperatura corporal.

El uso de sustancias ambientales, o incluso vía agua, de productos a base de eucaliptol o mentol aumenta la eficacia respiratoria y disminuye la capacidad de afectación por parte de las bacterias. Su uso no es frecuente, pero su eficacia es elevada y su persistencia en el ambiente durante varias horas permite unos resultados óptimos.

Con la nueva tendencia de uso racional de los antibióticos, el tratamiento preventivo no está permitido, por lo que la administración vía pienso, que hasta ahora era la más habitual, queda en una situación muy crítica y sobre todo mal vista, pasando a ser el tratamiento terapéutico vía agua la opción más aceptada.

Los tratamientos vía agua de bebida deben ser a las dosis adecuadas, ya que una subdosificación puede genrear resistencias bacterianas, que no son frecuentes pero sí se daban con cierta frecuencia en el caso de los tratamientos vía pienso.

Lo recomendable es que el tratamiento dure un mínimo de 4-5 días para garantizar su eficacia, aunque siempre dependerá del criterio del veterinario prescriptor que valorará la necesidad y la dosis a administrar.

Los tratamientos con Doxiciclina y Enrofloxacina vía oral son los que han demostrado ser más efectivos entre los productos registrados para cunicultura, así como la Oxitetraciclina y la Tilmicosina en los registrados para la administración vía pienso.

Al haber un contagio por contacto directo, la separación de los animales enfermos en jaulas hospitales es muy eficiente, pero siempre hay que tener presente que un animal que ha sido tratado puede quedar como portador, por lo que una vez separado no se aconseja que vuelva a las jaulas iniciales con sus hermanos.

La aplicación de desinfectantes ambientales es muy efectiva. Posteriormente a la venta, las jaulas, comederos y bebederos deben desinfectarse a conciencia. Por otro lado, la luz ultravioleta tiene una gran capacidad bactericida.

En casos graves o de dificil resolución, se recomienda la utilización de autovacunas, con una eficacia relativa suficientemente alta como para recomendar su uso cuando el proceso afecta a las reproductoras.

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