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Estudio de la vacuna experimental frente a la nueva variante de RHD

Por L. Argüello Villares, L. J. Merino Goyenechea, J. C. García García y F. Nieto Pardal, Laboratorios Ovejero, S. A.

La aparición de un nuevo virus, emparentado genéticamente con el virus de la Enfermedad Hemorrágica Vírica, ocasiona un proceso muy similar, sobre todo en su final, pero con algunas diferencias como la afectación de animales muy jóvenes -que en la anterior presentación se convertían en portadores y reservorios- y la no existencia de inmunidad cruzada con la anterior presentación. Lo que ha venido a complicar aún más los programas vacunales.

Una vez que se desarrolló experimentalmente una vacuna eficaz -por los resultados de las pruebas realizadas, hasta el punto de ser autorizada por el MAGRAMA, como procedimiento de urgencia para la vacunación en el campo- quisimos comprobar la transmisión de la inmunidad a los gazapos a través de sus madres previamente vacunadas, así como la duración de esa inmunidad maternal.

Por otra parte ya conocíamos la precocidad de la respuesta inmunitaria tal como se describirá.

Éramos conscientes, que la posible trasmisión de defensas nunca iba a ser vía calostral, sino placentaria.

Para comprobar esta trasmisión y determinar su interés práctico se realizó un seguimiento serológico, mediante Inhibición de la Hemoaglutinación, en camadas nacidas de hembras previamente vacunadas, así como desafíos con virus campo, en este caso en instalaciones adecuadamente protegidas.

MATERIAL Y MÉTODOS

Para producir una vacuna específica, buscamos en el archivo de cepas posibles candidatas. En base a sus características en laboratorio nos decantamos por la cepa GU -2013 que tenía su origen en un caso clínico -Historia Clínica 13/420, recibido en el Centro de Inmunología y Diagnóstico en Sanidad Animal de Laboratorios Ovejero-.

Su hemoaglutinación era positiva frente a glóbulos rojos del grupo B, alcanzando en placa de microtitulación títulos de al menos 1/16.584. Cuando se determinó la dosis letal 50 (DL50), obtuvimos un título de 106,33/ml.

El producto experimental elaborado con esta cepa -en base a la experiencia adquirida en el desarrollo de la vacuna, elaborada para el proceso original de 1988- fue inactivado con β Propiolactona y adyuvantado con Hidróxido de Aluminio. Elecciones, que como veremos en las conclusiones, parecen más que acertadas.

De cara a los desafíos que debíamos realizar, pudimos utilizar la misma cepa de producción. Sin embargo, para enfrentar a los animales vacunados con una cepa diferente a la utilizada en la elaboración del producto vacunal y experimental, utilizamos una cepa cedida por el Laboratorio Central de Sanidad Animal de Algete. Cepa que tenía un título hemoaglutinante de 1/1.024 y alcanzaba la titulación de 107,92/ ml DL50 conejo.

El estudio sobre animales, se realizó, en las partes que no implicaron virus campo, en una granja comercial de 1.100 hembras (California X Neozelandés), con inseminación artificial externa en banda única cada 42 días. No existían indicios previos de la Enfermedad Hemorrágica en ninguna de sus dos formas.

Cuando las pruebas implicaron desafíos con virus campo, vinieron a realizarse en zonas protegidas, que en todo caso evitaban la difusión de virus patógeno al ambiente.

En la granja comercial ya descrita, 60 gazapos de treinta días de vida se inocularon por vía subcutánea con 0,5 ml del producto experimental conteniendo al menos 256 unidades hemoaglutinantes de glóbulos rojos humanos del grupo B. Además 15 animales, también de treinta días se inocularon con 0,5 ml del mismo producto experimental pero previamente diluido al 1/2.

Lo que implicaba la aplicación de la mitad de dosis, a garantizar en el producto que se pretendía en su momento comercializar. Para valorar la posible transmisión a su progenie, se utilizaron 20 hembras lactantes al séptimo día post-parto escogidas al azar. Fueron inseminadas cuatro días después de su vacunación con el producto experimental

Durante los controles realizados parto a parto, se eligieron al azar hembras en número de tres y dos gazapos por hembra, para su seguimiento serológico y desafío en el caso de los gazapos.

En el control del quinto parto, transcurridos ocho meses desde la vacunación de las madres, se ha sangrado y estudiado serológicamente la totalidad de las hembras que han llegado a esta fase y a alguno de sus gazapos, que además también fueron desafiados.

Por otra parte y para determinar la duración de la inmunidad pasiva de los gazapos nacidos de las madres vacunadas en animales nacidos en el tercer y cuarto parto -además del seguimiento serológico y desafío realizado en el momento del destete en los gazapos incluidos en el control- se realizó un control diferente con desafío de animales procedentes de distintas madres vacunadas, en ambos casos en número de veinte, a la edad de su salida al matadero.

Esto nos permitía comprobar, no solo su estado inmunitario frente a la enfermedad, sino la idoneidad para poder primo-vacunar en ese momento y antes de que fueran susceptibles al padecimiento de la enfermedad.

Siempre que se realizaron desafíos, en el grupo se incluyeron animales no intervenidos en el proceso experimental, manteniéndose en contacto con los de la prueba y recibiendo como ellos 100 DL50. Su infección y muerte venía a determinar el final de la prueba.

RESULTADOS

Los animales intervenidos con el producto vacunal, una vez pasados siete y catorce días fueron desafiados con 100 DL50.

Del grupo de los sesenta en cada desafío descrito se utilizaron veinte animales, a su vez se utilizaron cinco animales del grupo intervenido con media dosis.

El resultado fue que en todos los casos los animales que habían recibido la vacuna experimental, incluyendo los que recibieron solamente media dosis, sobrevivieron.

Los animales testigos murieron una vez habían transcurrido 2-3 días, mostrando un cuadro típico del nuevo proceso y presentando en el líquido ascítico presente en cantidad anormal, así como en triturados de hígado, hemoaglutinación positiva frente a glóbulos rojos del grupo B.

 “Los animales que recibieron la vacuna experimental, incluidos los de media dosis, sobrevivieron»

Los sueros de los animales, obtenidos antes de la intervención experimental, no tenían anticuerpos inhibidores de la hemoaglutinación. En tanto que, los de los animales intervenidos siete días antes alcanzaban títulos de 80-160. Una vez transcurridos catorce días los títulos se situaban entre 160 y 320.

Una vez superado el desafío con las 100 DL50 los títulos de 80 y 160 normalmente se incrementaban hasta alcanzar el de 320. Sin embargo, los que tenían antes del desafio título de 320, permanecieron invariables.

Los datos reseñados, a falta de mayor casuística, parecen indicarnos que el nuevo virus da lugar a una serología muy semejante a la observada con el virus clásico en el año 1988.

Los veinte animales del grupo de los sesenta y los cinco del grupo de los quince que nos quedaban, se dividieron en dos subgrupos de 10 y 2-3 animales.

Estos animales fueron desafiados una vez habían transcurrido -desde la aplicación del producto vacunal- cuarenta días en un caso y al alcanzar –en los segundo subgrupos- los sesenta y cinco días postvacunación.

En ambos casos los animales tenían títulos de inhibición de la hemoaglutinación de 1/320 – 1/640, sobreviviendo sin ninguna incidencia reseñable al desafío.

De los resultados obtenidos se extrae que los animales que fueron vacunados en el momento de su destete, llegarían perfectamente protegidos al momento de su salida a matadero. También estarán protegidos los animales que entran en el grupo de reposición como futuros reproductores.

En las veinte hembras lactantes intervenidas con camadas de siete días, no ha aparecido ninguna problemática en la camada lactante. En cuanto a la inseminación realizada a los cuatro días de la vacunación -según el protocolo que se sigue en la explotación- no ha sufrido ningún efecto negativo, alcanzándose en la palpación un 85% de hembras gestantes.

«Las hembras después de la vacunación mantienen inmunidad suficiente al menos ocho meses”

Las gestaciones no han sufrido alteraciones y los partos han sido exitosos con una media de gazapos nacidos por encima de once.

Con todo ello podemos presumir que no existirá ninguna incidencia negativa en hembras vacunadas sobre su lactación, así como tampoco sobre los parámetros reproductivos posteriores.

Además con estas hembras, como ya adelantamos en la introducción, se ha estudiado la inmunidad transmitida a su progenie a través de la vía placentaria, hasta alcanzar los ocho meses de la intervención vacunal y en cinco partos sucesivos.

Las hembras han mostrado títulos de inhibición de la hemoaglutinación entre 1/160 y 1/320, hasta la última determinación una vez trascurridos ocho meses de la vacunación.

Los gazapos de los sucesivos partos, hasta alcanzar el cuarto, mostraban títulos en la mayoría de los casos de 1/80. En el quinto parto la titulación venía a estar entre 1/40 y 1/80.

En todos los casos los animales, nacidos en los cuatro primeros partos que fueron desafiados, sobrevivieron durante los catorce días que duró su observación, en cambio los testigos inoculados morían entre 3 y 5 días.

Por otra parte las doce hembras que han llegado al quinto parto -dado que las otras ocho fueron sucesivamente eliminadas por criterios productivos, ya que en esta explotación la tasa de reposición casi alcanza el 140%- y sesenta de sus gazapos nacidos en este parto fueron enfrentados al virus que nos proporcionó el Centro Nacional de Sanidad Animal de Algete, sin que en ningún caso se hayan producido bajas ni incidencias reseñables.

Los veinte animales desafiados del tercer y cuarto parto a la edad de salida a matadero también han resistido sin sintomatología derivada de la inoculación del virus durante la observación de catorce días.

De lo observado en este experimento podemos concluir, que las hembras vacunadas mantienen inmunidad suficiente al menos ocho meses después de la vacunación.

Dado que los gazapos nacidos de madres vacunadas, incluso hasta el quinto parto post-vacunación, muestran protección suficiente ante la inoculación de 100 DL50, se solucionan dos retos que la nueva enfermedad inicialmente nos planteaba:

La dificultad de vacunar animales en el nido, dado que desde su nacimiento eran sensibles.

El factor negativo, para obtener una respuesta adecuada a la vacunación, que venía a suponer la incompetencia inmunológica que animales tan jóvenes muestran.

Esto justifica y demuestra la seguridad del programa vacunal propuesto:

Los gazapos nacidos de madres vacunadas y destinados a matadero, no serán vacunados.

La reposición destinada a futuras reproductoras se vacunará a los dos meses de edad, una vez que sus hermanos salgan a matadero.

Quince días antes de la primera inseminación o presentación a macho, las hembras serán revacunadas.

A partir de las dos vacunaciones descritas, los animales serán revacunados cada seis meses.

La duración de la inmunidad observada, nos confirma la idoneidad del Hidróxido de Aluminio como adyuvante. Evitando con su incorporación, la presencia de nódulos vacunales encontrados en el matadero -frecuentes con el uso de otros adyuvantes en gazapos que fueron vacunados en situaciones de emergencia

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