25/06/2014
Bioseguridad

Evitar los residuos de medicamentos en alimentos de origen animal

Los hallazgos de medicamentos en alimentos de origen animal no son habituales, pero su repercusión acostumbra a ser mediatizada por los medios de comunicación. En el completo informe presentado por la EFSA (European Food Safety Authority) en junio de 2013, los porcentajes de positivos a nivel de toda Europa eran francamente bajos y homogéneos: entre el 0,2 y el 0,3%.

 

Para garantizar la salud y bienestar de un animal destinado a la producción de alimentos, y asegurar por consiguiente la salud humana, es necesario administrar medicamentos. Adicionalmente al uso de sustancias autorizadas con fines terapéuticos o preventivos, se pueden dar casos de uso de sustancias prohibidas o no autorizadas, en ocasiones con fines fraudulentos. Esta última situación, extremadamente rara, perjudica a todo el sector ganadero afectado. En pocos minutos, se da una imagen que destroza el esfuerzo de años.

En la Unión Europea, una sustancia farmacológicamente activa sólo puede utilizarse en animales productores de alimentos (carne, pescado, leche, huevos y miel) si ha sido objeto de una evaluación favorable por la EMEA (Agencia Europea de Medicamentos).

Las sustancias farmacológicamente activas administradas a los animales, o a sus metabolitos, pueden llegar a aparecer en los alimentos de origen animal en forma de residuos que pueden resultar nocivos para la salud humana.

Por norma, se han establecido Límites Máximos para estos Residuos (LMRs). Podrían aparecer si no se respeta el llamado “período o tiempo de espera o de supresión”, que es aquel que debe transcurrir entre la última administración de un medicamento en condiciones normales de empleo y la recolección de tejidos comestibles o productos provenientes de un animal tratado, que asegura que el contenido de residuos en los alimentos se ajusta al límite máximo de residuos para los medicamentos veterinarios.

Este plazo viene definido en las indicaciones de uso de cada medicamento. Son necesarias, por tanto, unas buenas prácticas veterinarias y ganaderas a fin de evitar tal extremo.

Es importante instaurar un protocolo de medidas para evitar restos de residuos no esperados en carne

  1. No mezclar envases de diferentes productos.
  2. Separar todo lo posible los productos farmacéuticos de los de bioseguridad. Por ejemplo, con armarios con separadores. No es infrecuente que la equivocación de un frasco con otro genere una situación crítica.
  3. Marcar adecuadamente los animales tratados. Si un animal sale de su ubicación y no es posible averiguar dónde estaba, siempre hay que clasificarlo como el peor de los casos: como si estuviera recién medicado.
  4. Los animales enfermos no eliminan adecuadamente los medicamentos, por lo que si se realiza un tratamiento en fase final deben considerarse con una retirada del peor de los casos.
  5. Intentar separar los depósitos de medicación y de agua potable. Las medicaciones deben realizarse en depósitos exprofeso y limpiarse detenidamente después de cada uso. Es muy frecuente la contaminación de restos medicamentosos de tratamientos anteriores, aunque sean de baja dosificación. Esto crea numerosos positivos de muy bajo nivel y es difícil identificar el origen del problema. Si el depósito de medicar y agua clara es el mismo, limpiar a fondo después de cada uso. Vaciar totalmente el depósito y las tuberías.
  6. Evitar equivocaciones en la administración del pienso y descarga del pienso.
  7. Evitar las contaminaciones: restos en el tubo de descarga; contaminaciones en la mezcladora, en bisenfines, en el silo porque que hace demasiados años que no se han limpiado, contaminación en el proceso de fabricación, etc.
  8. No mezclar piensos en un silo de pienso a menos que esté totalmente vacío.

 

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agriNews

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