Se considera mortalidad embrionaria la que se produce entre los 7 y los 18 días post-inseminación. A los 7 días tras la inseminación se produce la implantación de los embriones en el útero de la coneja.
Es a partir de entonces cuando consideraremos un embrión viable, y se considera que las perdidas acontecidas hasta entonces se deben a gametos inviables o a otras causas en la mayoría de los casos desconocidas, que no permiten la formación de embriones viables. A partir del día 18 post-inseminación, el embrión pasa a llamarse feto y la muerte de éste se resuelve en forma de reabsorción o de aborto, por lo que ya no lo consideramos como mortalidad embrionaria.
Podemos dividir las causas de mortalidad embrionaria en dos grupos fundamentales:
1. Las debidas a una mala calidad del embrión, bien por gametos con malformaciones genéticas o estructurales, o por un mal desarrollo del embrión.
2. Las debidas a factores que afectan a la coneja.
Sobre las primeras es mucho más difícil incidir, a no ser mediante programas de selección genética dirigidas a la mejora de estos caracteres. Analizaremos por lo tanto las que vienen determinadas por la coneja:
Condición corporal de la coneja
Ya se ha dicho muchas veces que la reproducción es una función “de lujo” para la coneja. Es por esto que, si queremos que nuestras conejas produzcan (y se reproduzcan bien), deberán tener primero sus necesidades básicas bien cubiertas.
Aunque es posible que estas hembras queden preñadas, es lógico pensar que habrá una mayor tasa de mortalidad embrionaria que se traducirá en el momento del parto en “camadas pequeñas”.
Hay que tener especial cuidado con el ritmo reproductivo al que sometemos a las conejas de la explotación. Sobre todo cuando se hacen ritmos con inseminación a los 18 días post-parto.
Si el estado de carnes de las conejas es bueno, no suele haber ningún problema, pero si es relativamente “justo” sí que puede afectar a los resultados reproductivos. Debemos considerar que el pico de lactación en la coneja se produce entre los 18 y los 23-25 días post-parto, y en este momento el balance energético de la coneja es negativo.
Esta fase coincide justamente con la implantación de los embriones en el útero. Si las condiciones de la coneja no son las óptimas, seguro que habrá pérdidas embrionarias importantes e incluso pérdida completa de la gestación.
Tratamientos hormonales
La PMSG utilizada para inducción del celo, sobre todo en dosis muy altas o durante muchos ciclos repetidos, provoca la síntesis de anticuerpos que también afectan negativamente a los embriones.
Por otro lado, al haber un mayor número de folículos hemorrágicos disminuye la calidad de los embriones y por tanto, obtendremos un menor número de embriones a término.
Factores infecciosos
Estos problemas estaban mucho más presentes cuando el manejo mayoritario era con monta natural.
La mayoría de las infecciones que pueden afectar a la coneja provocando mortalidad embrionaria se transmiten por vía coital, por lo que estos problemas se han visto reducidos tras la introducción generalizada de la inseminación artificial.
Uno de los principales agentes infecciosos que provocan mortalidad embrionaria es Chlamydia psitacci.
Su transmisión es principalmente por vía coital y suele provocar problemas en la primera y la última semana de gestación. A causa de esta infección se observan abortos precoces con reabsorciones y por tanto palpaciones negativas o abortos casi a término o incluso retrasados.
Otros agentes infecciosos que causan abortos, aunque no tanto mortalidad embrionaria son Pasteurella multocida, Staphilococcus aureus, Salmonella spp., Corynebacterium, Mycoplasma o Listeria.
Ya se ha dicho muchas veces que la reproducción es una función “de lujo” para la coneja. Es por esto que, si queremos que nuestras conejas produzcan (y se r
Factores ambientales
Cualquier factor ambiental que pueda estresar a la coneja va a repercutir en un aumento de la mortalidad embrionaria. Todos estos factores vamos a conseguir minimizarlos al máximo en una granja de ambiente controlado, en el cual los cambios de temperatura, las corrientes de aire, etc. son mucho menores. Además de todo esto, temperaturas superiores a los 30-33ºC aumentan directamente la mortalidad embrionaria, e indirectamente por la disminución de la ingesta de las conejas
Manejo
La palpación como diagnóstico de gestación puede provocar un aumento de la mortalidad embrionaria si no se hace adecuadamente o se realiza demasiado pronto o demasiado tarde. Se considera que el momento óptimo está entre los 12-18 días.
Aunque hay palpadores muy experimentados que pueden palpar perfectamente a los 12 días o incluso antes, lo normal es que en palpaciones muy tempranas sea más difícil hacer un diagnóstico correcto, y eso puede llevar en ocasiones a una mayor mortalidad embrionaria que normalmente se resolverá con reabsorciones.
Cuando se palpa muy tarde, más allá de los 20 días post-inseminación, aunque los fetos se notan mejor, podemos generar problemas de abortos, más graves cuanto más nos acercamos al momento del parto.