Hay miles de amantes de su caza en las diferentes modalidades permitidas, y se trata de la pieza clave de la dieta de algunas de las principales especies amenazadas de nuestro país, como el águila perdicera o el propio lince ibérico, que depende de forma directa del conejo para sobrevivir en libertad.
Esta variante afecta de forma dramática a las poblaciones de conejo y, a diferencia de la anterior, no sólo es capaz de actuar sobre animales adultos, sino también sobre gazapos incluso antes del destete, lo que complica enormemente su gestión sanitaria.
Lo paradójico del conejo es que, a pesar de que la situación general podría calificarse como preocupante, presenta una marcada irregularidad.
Existen amplias zonas en las que sus censos son apenas testimoniales, mientras que en otras, causan daños importantísimos hasta el extremo de ser catalogados como verdaderas plagas.
Esta irregular evolución y la delicada situación general de muchos cotos y especies protegidas han hecho que paralelamente haya surgido un interés creciente por la realización de repoblaciones, translocaciones y refuerzos poblacionales.
Estas tienen fines cinegéticos o bien de conservación, con el objetivo de mejorar las densidades y garantizar un aprovechamiento cinegético satisfactorio y la viabilidad de poblaciones de linces o águilas.
Para tratar de dar respuesta a este interés, desde finales del siglo pasado comenzaron a surgir granjas cinegéticas de conejo de monte que, con mayor o menor acierto lograron criar en cautividad a la especie para tenerla disponible para su utilización en estas repoblaciones.
También de la mano de esa demanda creciente han ido surgiendo otras empresas que, aprovechando la abundancia de conejos en determinadas zonas del país, los capturan también en vivo con ese objetivo.
En la actualidad y según censos oficiales del Ministerio de Agricultura, son más de un centenar las explotaciones de conejo de monte registradas a lo largo y ancho de la geografía española, que producen más de 200.000 animales al año.
Estos conejos son liberados en nuestros montes, junto con otros tantos o, quizás, muchos más, que se mueven de forma más o menos legal en un lucrativo mercado que intenta satisfacer la demanda de cazadores y conservacionistas que desesperados por recuperar al conejo en sus cotos y fincas recurren a esta medida, con la mejor voluntad, aunque no siempre con el mejor acierto.
¿QUÉ RIESGOS SUPONE UNA REPOBLACIÓN CON CONEJO DE MONTE?
TRANSLOCACIÓN
La translocación de cualquier especie que se va a liberar en el medio natural debe contar con una serie de garantías que hagan que el potencial beneficio a obtener sea evidentemente mayor al perjuicio que podemos causar con esa actuación. Esta premisa es idéntica para cualquier especie, sean ciervos, jabalíes u osos pardos.
Esos criterios de calidad se sustentan en tres pilares fundamentales, genética, sanidad y comportamiento, que iremos desgranando a continuación y que sin duda serán la clave para que el precio que paguemos por la translocación no se convierta en una hipoteca a muy largo plazo.
Por otro lado, esos criterios deben cuestionarse siempre después de analizar otras consideraciones previas que aseguren la necesidad o no de realizar la suelta.
DENSIDAD DE CONEJOS
Las sueltas se pueden justificar cuando la densidad de conejos existente no sea suficiente para recuperar las poblaciones en un espacio de tiempo razonable (5-10 años).
Por tanto, si los censos en nuestros cotos arrojan densidades de conejos inferiores a 0,5-1 animal/ha, será probable que la recuperación de la especie sea muy complicada puesto que a buen seguro se encontrará en un ciclo que los expertos denominan “pozo de la predación”.
Esto quiere decir que la presión de caza, los depredadores naturales y otros factores hacen imposible que las poblaciones se recuperen.
En todo caso, desde nuestro punto de vista, siempre que exista en el coto o finca una población de conejo de monte, por pequeña que sea, deberíamos intentar recuperarla antes de pasar a tomar otras medidas.
HABITAT
Por otra parte, además de la densidad de conejos presentes en la zona, es fundamental analizar el hábitat del entorno de manera que si la causa de la desaparición de la especie es un deterioro del hábitat, será difícil pensar que una suelta en ese mismo hábitat pueda dar algún resultado.
Un hábitat diverso, rico en zonas de transición, linderos y sotobosques intercalados con parcelas cultivadas o praderas, serán ideales para recuperar la especie.
No debemos olvidar que es tan perjudicial para el conejo un monocultivo intensivo de varias hectáreas de superficie como un monte denso repoblado de pino, o lo que es peor aún, un entorno abandonado en cuanto a los usos tradicionales de aprovechamientos agrícolas o forestales que han favorecido la presencia de especies como el jabalí.
Una vez consideradas estas dos variables, densidad y calidad de hábitat y asegurada la necesidad de realizar una repoblación, translocación o refuerzo poblacional según el caso, será cuando tengamos que preocuparnos de conseguir animales de calidad para que, como dice el refrán, “el remedio no sea peor que la enfermedad”.
La calidad, como apuntábamos, se mide en relación con la genética, la sanidad y el comportamiento de los animales.
ORIGEN DE LOS CONEJOS PARA REPOBLACIÓN
Cuando decidimos plantear una repoblación o un refuerzo poblacional en algún lugar, son muchos los orígenes que podemos encontrar para adquirir los conejos a emplear, desde descastes en zonas más o menos alejadas, hasta explotaciones cinegéticas con mayor o menor grado de intensidad
Por eso, además de otros aspectos no menos importantes a tener en cuenta a la hora de plantear una repoblación, como la adecuación del entorno de suelta, el método de suelta o el control de predadores es fundamental elegir bien los conejos a emplear.
Gastar un dinero que la mayoría de las veces escasea e incluso empeorar la situación de partida al traer enfermedades
Contaminación genética o animales ineficaces frente a predadores que hacen que éstos se acostumbren y luego, una vez acabados los conejos de repoblación se centren en los pocos que había en la zona o en otras especies como la perdiz roja.
CONEJOS DE DESCASTE
Con este sistema, normalmente se garantiza el origen silvestre de los animales, aunque no su genética cuniculus o algirus.
El precio suele ser bastante competitivo a priori, aunque la mayoría de las veces los animales no cuentan con ningún control de sexos o edades y lo que es peor, tampoco con un control sanitario mínimo, de modo que hay animales con heridas o problemas de visión causados por los hurones o que puedan estar incubando diversas patologías o muy parasitados…
Dichos aspectos que pueden ser determinantes para que haya muchas bajas tras la suelta.
EXPLOTACIONES CINEGÉTICAS DE CONEJO DE MONTE
En primer lugar, hay que tener en cuenta que existen personas dedicadas a la cría del conejo de monte que no cuentan con ninguna autorización administrativa, aspecto que puede acarrearnos, como en el caso anterior, serios problemas y una fuerte multa que variará en función del número de animales que estemos manejando y que desde mi punto de vista, deberíamos descartar en un primer momento.
Por otra parte, nos podemos encontrar con explotaciones “legales” entre las que existen una gran variedad de posibilidades y que tendremos que tener en cuenta para no llevarnos a engaños una vez liberados los animales.
En este sentido, sería bueno tener la oportunidad de visitar las instalaciones previamente a la adquisición de los animales y poder comprobar cómo se crían y como se manejan, puesto que será una información muy importante a la hora de valorar la calidad de los conejos a comprar y seguramente, si no hay nada que ocultar, la visita no plantea ningún inconveniente, teniendo en cuenta unas medidas mínimas.
Es interesante valorar el grado de intensificación de la explotación, el aspecto de los reproductores, la alimentación, las edades de venta, los periodos de aclimatación previos a la venta en caso de ser criados en jaulas, el manejo sanitario…
La cría en jaulas es también desaconsejable, ya que en algunas ocasiones va unida al empleo de ejemplares mestizos que facilitan su manejo en estas condiciones y suele ir asociada también a tiempos muy cortos de aclimatación en campo de los gazapos y a parques de tamaño muy reducido, de modo que la capacidad de los animales para adaptarse posteriormente a las condiciones de nuestro coto van a verse también muy reducidas.
Otro problema fundamental es la presencia de explotaciones que alimentan sus animales con piensos comerciales en todas las fases de cría, provocando que cuando estos animales sean liberados en el medio natural, vayan a tener, en la muchos casos, graves problemas digestivos, disbiosis intestinales, diarreas, e incluso, muchos causarán baja, simplemente por el hecho de que su fisiología no está preparada para asimilar la alimentación verde disponible en el campo.
En cuanto al manejo sanitario, será fundamental contar con explotaciones en las que se haga un control veterinario racional en cumplimiento además con los programas sanitarios establecidos por la legislación vigente
CRIA EN AISLAMIENTO
Es necesario destacar que tampoco es conveniente la cría de conejo de monte en condiciones sanitarias de aislamiento total.
Cuando criamos animales en aislamiento total estamos produciendo animales con titulaciones de anticuerpos bajas o nulas. Estos animales con bajas titulaciones de anticuerpos cuando sean liberados al medio natural y entren en contacto con virus o bacterias circulantes en el entorno de suelta van a ser una diana ideal y a corto o medio plazo van morir en un gran número.
CONTROL PARASITARIO
Un control parasitario frente a parásitos internos, principalmente coccidios, y externos, principalmente pulgas, garrapatas. así como la vigilancia de otros procesos poco habituales en conejo silvestre pero que si aparecen en explotaciones de conejo doméstico, como sarnas o tiñas.
Debemos buscar explotaciones de conejo que garanticen una calidad de los animales producidos, teniendo en cuenta las consideraciones que hemos apuntado anteriormente.
Incluso animarnos a crear nuestros propios núcleos de cría de conejo de monte en nuestros cotos que, con unos conocimientos básicos, un poco de dedicación y mucho sentido común nos pueden dar grandes alegrías.
Para ello, habrá que contar con las autorizaciones correspondientes de las Consejerías de Agricultura y Ganadería o Medio Ambiente, según la normativa de la Comunidad Autónoma donde nos encontremos.
UTILIZACIÓN DE ANIMALES PUROS
Una genética que genere dudas estará poniendo en riesgo una selección natural que el entorno habría estado llevando a cabo durante cientos de miles de años, con lo que eso supone.
Una vez garantizada la genética silvestre debemos ir un paso más allá y utilizar siempre la misma subespecie que la existente de forma natural en nuestro coto.
El conejo de monte cuenta con dos subespecies reconocidas en la Península Ibérica, cuniculus en el Norte y Este y algirus en Sur y Oeste, con una línea divisoria diagonal difusa que atravesaría nuestra querida piel de toro desde Galicia hasta Andalucía.
Es evidente que si adquirimos animales que tengan que atravesar España de Norte a Sur o de Este a Oeste estaremos corriendo importantes riesgos en este sentido.
De este modo, cuanto más próximo sea el origen de los animales a utilizar mucho mejor será el resultado de la repoblación.
La calidad de los conejos de monte es indispensable para garantizar el éxito de la repoblación
SANIDAD DE LOS CONEJOS TRANSLOCADOS
No debemos olvidar que el movimiento de animales puede hacer por un lado que los recién llegados sean portadores de enfermedades desconocidas antes en la zona o que contaban con una baja incidencia.
Por otro, que existan variantes de patógenos en el área de suelta con los que no hubieran contactado previamente y que pudieran ser causantes de la muerte de todos o gran parte del lote de suelta.
De nuevo, además del control veterinario, la cercanía es una garantía en este sentido
COMPORTAMIENTO
El comportamiento es el tercer factor a tener en cuenta. Animales procedentes de granjas intensivas criados en jaulas y sin una adecuada aclimatación previa presentarán comportamientos muy alejados de los considerados como “normales” para la especie, que provocarán estrepitosos fracasos.
De otro lado, son frecuentes los problemas digestivos por cambios bruscos en las dietas de animales de granja o falta de reactividad frente a la presencia de personas, perros u otros depredadores
PLANIFICACIÓN DE LA REPOBLACIÓN
Una vez garantizadas todas estas consideraciones previas, tendremos que planificar a conciencia la repoblación.
Es esencial tener claro que la planificación debe ser a medio o largo plazo, porque por desgracia los milagros no existen en el ámbito de la gestión.
Por otra parte, la planificación debe centrarse en conseguir animales de calidad, pero también en garantizar que el entorno donde van a ser liberados sea óptimo.
Es mejor invertir más en el medio y menos en conejos que al revés, puesto que sino estaremos tirando el dinero.
SUELTAS DE CONEJOS
Por último, no debemos perder de vista que una suelta de cientos de ejemplares de forma directa en el campo, puede ser “espectacular” de cara a agradar a unos pocos en el coto, pero sería igual de efectivo tirar unos cuantos billetes de 20 euros en el mismo lugar.
Las sueltas deben ser directas, en madrigueras, de lotes homogéneos y equilibrados, mucho mejor con cercados de aclimatación y vivares bien diseñados, eso sí, sin pretender meter a los animales en “pseudojaulas” de unos pocos metros cuadrados herméticamente cerrados puesto que, si el espacio es muy restringido incluso correremos riesgo de agresiones entre ellos.
Es evidente que planificar una translocación, repoblación o refuerzo poblacional requiere de una serie de actuaciones imprescindibles para asegurar, al menos, algunas opciones de éxito.
Aún haciendo todo bien, no superaremos seguramente la supervivencia de más de un 50-60% de los animales liberados tras las primeras semanas postsuelta.
En el entorno de suelta son dos los factores fundamentales para decidir y planificar la suelta:
Densidad previa de conejos autóctonos
En cuanto a los animales a emplear, genética, sanidad y comportamiento deben ser asegurados, incluso con una visita previa al lugar de origen de los conejos, bien sea una granja o un centro de concentración de animales procedentes de su captura en el medio natural.
SUELTAS EN ESPACIOS
La cercanía puede resultar un valor añadido puesto que la capacidad de adaptación al entorno y a las condiciones climáticas de destino serán a priori mejores, así como la genética y la sanidad de los animales será más similar, al menos cuando el origen es silvestre.
Una de las mejores opciones para la recuperación de la especie es plantear la construcción de cercados de cría en el propio coto y así capturar y soltar conejos capturados allí mismo, si bien es fundamental contar con un compromiso serio y los conocimientos suficientes para alcanzar el objetivo.