Con esta durísima frase: «Sacrificamos animales porque no podemos darles agua» que hace pocos días a conmocionado a parte del sector ganadero y ciudadano, Jose Manuel Roca de ASAJA- Sevilla ha puesto de relieve una de las realidades más duras que está viviendo la ganaderia profesional,
Sin agua por la sequía, sin apenas forrajes, con los piensos disparados y los combustibles al alza, no se se compensan los costes. Yo aquí añadiría los costes energéticos prácticamente inasumibles si queremos tener un ambiente controlado adecuado en las instalaciones agropecuarias.
El representante de ASAJA afirma uqe el sector está viviendo una tormenta perfecta que dificulta la rentabilidad tanto de explotaciones extensivas como intensivas que está provocando el cierre de numerosas explotaciones.
«La única manera de reducir costes es sacrificando animales y esto irá a más, porque si sacrificas reproductoras pasaran años antes de recuperar y equilibrar el censo, por lo que no es descartable que haya desabastecimiento de carne en el mercado».
Son comentarios que siempre se tiene miedo a afrontar por el sector ganadero, pero es que son totalmente ciertos. Algunos sectores, ante la dificultad de aprovisionarse de materias primas, simplemente disminuyen el ritmo de las incubadoras o ralentizan el ritmo reproductivo, con las consecuencias económicas que comportan a medio plazo, que pueden ser razonablemente gestionadas pero que ya llevamos demasiado tiempo y esto se convierte en un auténtico calvario económico para muchos.
Por suerte o por desgracia, muchos hemos presenciado situaciones económicas dramáticas donde al ganadero le es totalmente imposible adquirir o suministrar alimentos para los animales creando una situación muy comprometida que además precisa de soluciones rápidas por una simple cuestión de bienestar animal.
Sin embargo, si no podemos alimentar adecuadamente a unos animales ni darles de beber ni tenerlos en un ambiente decente, ¿no es más humanitario sacrificar estos animales que hacerles pasar por ese mal trago?.
Como ganaderos hay unas responsabilidades, sin embargo no podemos actuar sobre la climatología ni en el cambio climático y, por supuesto, los políticos no tienen el menor interés de conocer la situación de un cerdo ibérico que tiene problemas para conseguir agua para beber y tomar cartas en el asunto.