A inicios del mes de marzo, el aumento de la mortalidad de conejos en la isla de Vancouver puso en alerta a los cunicultores, confirmándose por primera vez en Norteamérica un brote de la Enfermedad Vírica Hemorrágica.
Si bien los conejos norteamericanos nativos son inmunes, sí pueden transmitir el agente causal, un calicivirus altamente contagioso que provoca hemorragias internas y la muerte en conejos de origen europeo en cuestión de días.
Jane Pritchard, Jefa de Servicios Veterinarios de la Columbia Británica, ha comentado que la enfermedad no se consideró un riesgo hasta que se detectó este brote, haciendo necesario tomar medidas de forma rápida, como la solicitud del envío urgente de vacunas para evitar la propagación del virus.
«Se trata de una enfermedad letal, de aparición repentina y abrumador». – Jane Pritchard
Con el fin de frenar el avance del virus, Ministerio de Agricultura de la Columbia Británica (Canadá) ha anunciado la llegada de la primera partida de vacunas procedentes de Europa, que serán administradas por los veterinarios de la región.
La primera partida de vacunas, producidas en Francia, consta de 1.090 dosis individuales, y se prevé que la segunda partida de vacunas llegará en el mes de mayo
Si bien existen restricciones a la importación de vacunas a Canadá, éstas se han levantado como consecuencia de este brote, ya que la vacunación es la mejor protección.
La Dra. Pritchard espera que la vacunación de urgencia sea suficiente para controlar el brote en conejos domésticos, pero considera que por ahora hay poco que se pueda hacer por los conejos silvestres.