La alarma sanitaria que se está gestando con el brote infeccioso originado en China por un coronavirus está afectando cada vez más un sinnúmero de afectaciones colaterales sobre todo de orden económico a muchos niveles.
La importancia de la economía China en el contexto mundial deja entreverse precisamente en estas situaciones de alarmas sanitarias, como ha quedado demostrado con la crisis de la PPA en el sector porcino o ahora con el coronavirus de origen animal (animales silvestres consumidos seguramente de forma deficiente o con pocas garantías sanitarias) que afecta a personas centrado en una pequeña parte de China.
Uno de los efectos colaterales se ha presentado de forma súbita en nuestro pequeño sector, incidiendo en una situación económica precaria ya de por si. La exportación de pieles de conejo a China (el gran consumidor de este producto a nivel mundial por no decir casi el único) ha sido detenida.
Esto ha generado una situación muy crítica en el sector peletero que en estos momentos estaba cotizando al matadero alrededor de 15 a 20cts por piel y que al cerrarse el mercado ha pasado a no tener un valor, hasta el punto de que en estos momentos las retiran como favor ya que de lo contrario sería un coste más por la destrucción de las pieles.