Elementos importantes en la reproducción: la cánula de inseminación
Conseguir que nazcan los animales es el primer y relativamente importante punto crucial de toda la cadena. Si desde el principio no nos nacen los que deberían el resto del ciclo ya comienza torcido y nunca conseguiremos mejorar, pues es el factor limitante inicial que más afecta en el resultado final.
Todo el ciclo empieza en el momento del parto que es donde obtenemos mediante la fertilidad real y el número de gazapos nacidos vivos viables el inicio de la cuenta del lote, pero no nos equivoquemos, el comienzo real parte desde el momento de la inseminación.
En la inseminación es cuando, dependiendo de la elección realizada, el lote comienza a andar realmente. Una vez inseminadas las conejas los dados ya están echados y no podemos influir en ellos, como no sea para perjudicar.
Sí efectivamente, todo lo que podemos hacer es intentar mantener el resultado que obtendremos en el momento de la inseminación ya que toda iniciativa o aplicación que se realice nunca mejorará el resultado que ya está en proceso, como mucho lo mantendremos en él.
Por ello la decisión de la inseminación es el mayor punto clave que delimita ya sea positiva o negativamente el resto del ciclo o lote que hemos comenzado, y curiosamente no siempre le prestamos atención. En realidad muy poca. Prima más el coste de la inseminación que el material utilizado, no tanto en la línea genética utilizada como semen cárnico que si tiene una buena atención, aunque no siempre se elige teniendo en cuenta las características de la instalación y si más por los resultados teóricos sobre el papel que ofrecen.
Las opciones son muy amplias tanto en material genético como sistemas de aplicación, ya sea dependiendo de un centro de inseminación constituido como tal o un centro propio para autoconsumo, siendo estos últimos habitualmente los que más control tiene el propio cunicultor sobre la calidad utilizada y por contra donde peor calidad se genera y donde menos controles se realizan de forma muy generalizada.
La calidad del semen extraído es esencial, pero si utilizamos unas cánulas sin ningún control que únicamente el precio es la referencia podemos encontrarnos con grandes sustos.
No tiene importancia si la cánula es de vidrio, plástico o caucho, pues en cada una de ellas simplemente afecta al sistema de inseminar y al manejo o comodidad en la aplicación, teniendo más importancia la experiencia en uno u otro sistema de aplicación que en la propia cánula en sí. Es evidente que si la experiencia es baja la aplicación o utilización de cánulas de vidrio es una técnica muy delicada. Motivo por el cual es una técnica prácticamente en desuso mientras que la aplicación de cánulas precargadas flexibles tiene la ventaja de su fácil aplicación por un cunicultor novel.
En todo caso, la elección siempre tiene que ser razonada y hay que optimizar los recursos, incluso los de mano de obra, como por ejemplo en las dosis con hormona incorporada para la ovulación (recordemos que la coneja es de ovulación inducida y sino naranjas) que permite aumentar la velocidad de inseminación de manera significativa cuando este es un factor importante.
En todos los casos, la elección de los materiales a utilizar siempre deben ser en consecuencia con lo que realizamos: la inseminación, y de momento siempre debemos introducir unas cánulas en el interior del aparato reproductor femenino con el riesgo que conlleva.
No será el primer caso que a recuperación o reutilización de material nos repercuta en procesos infecciosos, por mucho que se limpien y higienicen. Es un factor de riesgo elevado a corto y medio plazo que no se puede obviar.
Por ello la compra de cánulas, además del factor económico que nunca hay que obviar, es crucial la elección del proveedor. La calidad del acabado y su manejabilidad junto con la calidad de los componentes para la fabricación es imprescindible para realizar la elección.
Es una situación parecida a la que se da en la inseminación. Muy pocas granjas piden 3 o 4 dosis de más para perder 5 minutos y revisar el semen en el microscopio antes de comenzar a inseminar.
Con ello se conseguiría limitar en muchos casos fracasos reproductivos pues detectaríamos fallos antes que se realizasen, y con ello no quiero decir que la culpa sea del centro suministrador, que sería una auténtica salvajada simplificar el problema de esta manera, pues son muchos los factores que pueden influir y que no dependen de ninguna forma del centro, muchos de ellos si dependen del transporte por ejemplo y tanto uno como otro prefieren siempre volver a enviar dosis antes que aplicar unas sospechosas.
Pues con las cánulas sucede lo mismo y por ello una cánula muy económica (por ejemplo y sin querer indicar que así es) que provenga de china seguramente no tiene la misma calidad de sus componentes utilizados para su fabricación y si se desconocen incluso podría darse el caso de materiales que son tóxicos para el espermatozoide, que en determinados casos puede generar implicaciones serias en los resultados obtenidos.
Hombre, no será para tanto…. bien, puede ser que así sea, pero hace bastantes años apareció una copia de una cánula flexible que tuvo que ser retirada del mercado porque a las 8 horas había acabado con una parte significativa de los espermatozoides generando problemas en las granjas que tardaban más de ese tiempo en aplicar el semen.
Es recomendable perder un tiempo en valorar las diferentes cánulas y sobretodo consultar a los especialistas, que generalmente los centros de inseminación están muy bien informados al respecto.
