Bioseguridad

Los animales silvestres: ¡Uno de los grandes riesgos!

Animales silvestres
Escrito por Oriol

La elevada presencia de conejos y liebres silvestres en la península ibérica comporta uno de los principales riesgos sanitarios para la producción cunícola ibérica, ya que son los principales vectores y reservorios de transmisión de las enfermedades que los afectan.

Es frecuente oír comentarios de que tal o cual enfermedad no afecta a los conejos silvestres. Esto es cierto a medias, pues las enfermedades afectan a todos los animales, tanto en granja como silvestres, sin embargo la presencia de portadores asintomáticos es muy habitual en los animales silvestres entre otros motivos por la inferior tasa de contagio al ser inferiores las densidades de animales.

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Al ser el conejo un animal sobre el que predan muchos carnívoros -lince, águila, etc- tiene una importancia elevada en el equilibrio natural y que indirectamente consigue que estos se conviertan en vehículos de los virus extendiendo el proceso. Son los animales enfermos los que más fácilmente caen víctimas de los predadores, y, por una simple ley de Murphy los animales silvestres enfermos se acercaran a las explotaciones ganaderas, consolidando el riesgo.

El hecho que encontremos animales silvestres muertos cerca de las instalaciones es no sólo una evidencia, sino que además es razonable. Cuando un animal se encuentra enfermo tiende a buscar por el olfato a sus congéneres para no encontrarse solo. Es en este momento cuando el olfato dirige al conejo enfermo hacia las instalaciones cunícolas y es el gran momento donde la valla perimetral tiene una función protectora imprescindible.

La enfermedad vírica hemorrágica, ya sea la variante clásica o la moderna, es uno de los ejemplos de esta situación.

Existen muchas variantes del calivirus que produce la enfermedad, entre ellas de virus no patógenas y un virus similar que afecta a las liebres, sobretodo la liebre europea (EBHS).

La rápida y amplia distribución de la nueva variante solo se explica por el gran número de vías de transmisión: camiones de recogida de cadáveres, camiones de mataderos, ratas y ratones, conejo silvestre, depredadores, etc.

Es en el caso de la nueva variante donde además se puede apreciar la importancia que tienen como reservorios de la enfermedad los animales silvestres, pues al cabo de relativamente poco tiempo vuelven a afectar a las granjas que habían erradicado el problema.

Otra enfermedad donde la presencia de animales silvestres portadores causa estragos es en la mixomatosis.

La mixomatosis es otra enfermedad de origen vírico y que afecta sobretodo al conejo y en mucha menor medida a la liebre europea y ibérica.

Durante el pasado año (2018), hubo una gran epidemia entre las liebres ibéricas y conejo silvestre que coincidió con un nivel alto de afectaciones en instalaciones cunícolas, a menudo en zonas coincidentes.

La gran capacidad de transmisión mediante moscas y mosquitos hace que este proceso alcance niveles de presión sanitaria muy elevados.

Otro de los riesgos que comporta la presencia de animales silvestres cerca de las instalaciones cunícolas es la capacidad de transmitir enfermedades que habitualmente no se encuentran en los conejos.

Me refiero a dos enfermedades que habitualmente se asocian a liebres pero que ambas tienen capacidad de contagio al conejo, por lo que siempre hay un riesgo de que surjan como enfermedades emergentes en nuestras instalaciones: la Tularemia y la Pseudotuberculosis.

Ambas son provocadas por bacterias (Francisella tularensis y Yersinia pseudotuberculosis), por lo que su transmisión precisa en términos generales de un mayor contacto con los animales afectados, pero la contaminación del agua o la presencia de artrópodos como vectores (mosquitos, garrapatas, pulgas) suponen un aumento del riesgo de transmisión.

Sin duda siempre existe el riesgo de aparición de enfermedades nuevas o más bien desconocidas, pero uno de los focos más activos lo tenemos precisamente alrededor de las instalaciones.

COMO NORMA

  • Vigilar del mismo modo la presencia de otros animales silvestres muertos o enfermos en los alrededores de la instalación, ya sean jabalís, ciervos, zorros o gatos o lo que sea. Hay muchas enfermedades que se pueden transmitir de una especie a otra.
  • Comprobar siempre el estado de la valla perimetral de forma periódica. No dejar zonas sucias o con acumulación de material viejo dentro de la zona vallada peritalmente. TAMPOCO fuera de la valla perimetral.
  • Limitar al máximo el crecimiento desmesurado de material herboso donde puedan ocultarse plagas como ratones o ratas. Vigilar la presencia de topillos, pues son unos vehiculadores de enfermedades importantes.
  • Utilizar todas las medidas posibles de control de plagas, pues son unos eficaces transmisores de los gérmenes desde el exterior de la instalación al interior de ella. Aquí entran tanto los roedores como los insectos, así como depredadores que puedan entrar en la instalación.
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Oriol

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