Sin duda el año 2017 ha sido claramente superior en cotizaciones que los dos últimos años, acercándose a las cotizaciones del 2014 pero lejos de las cotizaciones del 2013.
Si promediamos Lonja de Madrid y su sucesora LONCUN, la cotización media anual ha sido de 1.712 euros por kg de carne joven sobre el papel, muy por encima (16 cts) de las cotizaciones medias de los años 2016 y 2015, dejando un sabor agridulce. La cotización mejora en un 10%, pero dejando el precio medio en aquel estado que ni hace ni deja hacer, ya que no invita a seguir invirtiendo en el negocio, pues la mochila de los dos años anteriores es pesada y no permite volver a capitalizar el negocio.
A ello hay que sumar que el precio tiene un sesgo importante debido a que las cotizaciones del último trimestre son superiores por la disminución de producción, y por ello el precio medio real siempre es ligeramente inferior. No obstante, este año hay que sumar la importante cantidad de primas que los mataderos han repartido a lo largo de todo el año, incrementando significativamente el precio percibido.
En la parte negativa hay que valorar el cierre de varios mataderos, provocando inestabilidad en el sector. Aunque la situación se ha podido solucionar en gran parte, debemos tomarlo como un aviso que el sector no está en modo alguno fuerte y que se tambalea al son de las vicisitudes.
Aunque parezca caricaturesco, incluso las empresas que compran pieles de conejo para su tratamiento y posterior venta están sometidos a una presión muy fuerte, puesto que no consiguen suficientes pieles para que su negocio sea rentable, entrando en una fase de crisis por falta de género.
La campaña de navidad se ha presentado como cada año, dura y con exceso de oferta, sin embargo, todo parece indicar que no costará mucho recolocar el exceso en semanas posteriores, pues a pesar de la recuperación de la producción, la demanda parece mantener un buen tono y no sobran canales, al menos en exceso.
Las presiones para no aumentar el precio siguen existiendo en el mercado de las grandes distribuidoras y la tendencia hacia la demanda de canales pequeñas parece seguir en auge, con la consiguiente disminución de kgs vendidos en cada venta.
Como dato positivo hay que remarcar que la tendencia hacia el consumo de bandejas de conejo troceado parece aumentar según los mataderos, así como algún elaborado, sin ser de gran importancia en el volumen de ventas, pero sí en el desarrollo de los márgenes.
Muy estable en algunas zonas y con crecimiento en otras, el conejo de color se está afianzando como un producto con precio diferenciador y que tiene un mercado muy fiel, permitiendo incluso la comercialización de canales de los propios cunicultores que valoran así su producto, aunque siempre hay que tener cuidado de no descuidar la granja.
No se ven grandes diferencias, a groso modo, en la evolución del 2018 con respecto al 2017 en cuanto a las cotizaciones, a pesar de que se hablaba de seguir las cotizaciones del 2017 y ya empezamos claramente por debajo.