Nuevos formatos para todos los hogares
No todos los españoles tenemos a alguien en nuestra familia que nos sorprenda un domingo con un arroz con conejo, un conejo al ajillo o un guiso de carne de conejo para estos fríos días de invierno. Ese puede ser uno de los motivos por los que en nuestro país este tipo de carne tan solo se consume alrededor de 1 kg por persona al año. Paradójicamente, es la quinta carne más consumida y nuestro país es el máximo productor a nivel europeo con 53.000 toneladas anuales, por delante de países como Francia (43.000) o Italia (27.400).
El motivo que encuentran desde INTERCUN para estos bajos datos de consumo es muy claro: desconocimiento.
La directora gerente de la interprofesional cunícola Mari Luz de Santos, explica que “el problema se está acrecentando entre las generaciones más jóvenes, que están mostrando una falta de costumbre de consumo de carne de conejo por creer que es un producto de difícil preparación”. Y ese es precisamente el punto en el que se ha fijado INTERCUN; quieren demostrar que cualquiera puede incluir la carne de conejo en su dieta sin importar sus dotes culinarias.
En su última campaña han apostado por nuevos formatos que se han convertido en la receta de Europa. Gracias a distintos cortes muy sencillos como los medallones de carne de conejo, los muslos de conejo o el medio conejo troceado, todo el que quiera puede introducir esta carne en su dieta. En términos generales los nuevos formatos se encuentran disponibles en todos los establecimientos de cadenas de distribución.
Las ventajas que tiene la carne de conejo son casi innumerables: Considerada como una carne blanca con muy bajo aporte calórico, la carne de conejo es una de las que menos grasa contiene, lo que aumenta su digestibilidad, y asimismo destaca su contenido en proteínas de alto valor biológico, las que mejor asimila nuestro organismo.
La carne de conejo es fuente de potasio, que contribuye al adecuado funcionamiento de los músculos, y fuente de selenio, que ayuda a proteger las células frente al daño oxidativo. Además, tiene un alto contenido de fósforo, que contribuye al mantenimiento de los huesos en condiciones normales, y es rica en vitaminas B3, B6 y B12, que ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
Por todo esto, la carne de conejo debe resultar un atractivo para los más jóvenes; y dentro de ellos, especialmente para los deportistas. Tal y como subraya Mari Luz de Santos: “La carne de conejo tiene un perfil nutricional que encaja a la perfección con grupos de consumidores a los que les gusta cuidarse como los deportistas y quienes se preocupan de comer alimentos con pocas grasas, bajo aporte calórico y reducido contenido en colesterol y, en suma, por una opción ideal para el buen funcionamiento del sistema cardiovascular y el control del peso corporal, enmarcada en la Dieta Mediterránea”.
En este sentido, la carne de conejo resultaría una alternativa recomendable para la gente que le gusta cuidarse, dentro de una alimentación equilibrada, teniendo en cuenta los requerimientos individuales. Las carnes magras, como la carne de conejo, son adecuadas para todas aquellas personas que realizan ejercicio físico moderado o intenso o practican algún deporte, según distintos ensayos clínicos.
APOYO AL MEDIO AMBIENTE Y LA SOSTENIBILIDAD
Desde el sector cunícola no sólo están preocupados por los beneficios de la carne de conejo en la salud de los consumidores, sino también porque el modelo de producción es un ejemplo de cuidado y respeto por los animales, los trabajadores y el medio ambiente. Cumpliendo con los estándares de producción más exigentes del mundo como son los europeos, al comer carne de conejo se garantiza a los consumidores que han comprado un alimento de calidad, sano, seguro y respetuoso con el planeta.
Esto se logra gracias a una cadena alimentaria que respeta todos sus eslabones. El sistema de producción organizado en torno a la carne de conejo permite que no sólo nuestra salud se beneficie por su consumo, sino que, al hacerlo, estamos ayudando a la sostenibilidad del ecosistema.
En lo más alto de esta cadena se encuentra el consumidor, que ve garantizada la seguridad alimentaria, la nutrición y la salud pública gracias al acceso a alimentos nutritivos, sostenibles y en cantidad suficiente. Para lograrlo, los productores cumplen con rigurosos requisitos que garantizan la sostenibilidad de sus granjas.
Al otro lado de esa cadena se encuentran los propios conejos y su relación con el medio ambiente. Gracias a esa mejora del bienestar animal, se ha conseguido mejorar la salud de los animales, la calidad de los alimentos, se reduce la necesidad de medicación y se contribuye a preservar la biodiversidad.
La carne de conejo nunca se ha ido de nuestra cultura, tan sólo ha tenido un parón con una bajada de consumo debido al desconocimiento. Por eso, una vez explicadas todas las ventajas que ofrece, junto a la facilidad que ofrecen los nuevos formatos, nadie tiene excusa para no mejorar su dieta incluyendo una de las carnes más saludables y seguras que existen.
Más información en https://elsecretoescarnedeconejo.eu