Uno de los pasatiempos más frecuentes hace unas decadas, y no muchas, era acudir el fin de semana al cine a ver una película donde poder soñar y olvidarse por un momento de las glorias y penas del día a día.
Una de las películas que se encuentran actualmente en cartelera es “Figuras Ocultas”, una gran película que narra el trabajo realizado por tres mujeres en la NASA y que debido al color de su piel tuvieron una importante cantidad de trabas en su trabajo a pesar de cumplir con creces en su trabajo. Es el tipo de película que te devuelve a la realidad y te motiva en el día a día, pues si ellas pudieron como no hemos de poder nosotros.
Si quieren podemos decir que la situacion actual es más o menos complicada, que aquellos eran otros tiempos, que el mercado es diferente y un sinfin de eternas excusas. Sin entrar en la demagogia y aprovechando frases políticas que no siempre sabes a que se refieren: “SI se puede”.
Una evidencia innegable es la poca resonancia del trabajo que un buen número de cunicultores realizan diariamente en pro de la cunicultura y que además son varapaleados por el propio sector por el menor motivo.
Si, entiendo que cuando tienes que tomas decisiones es muy fácil no dejar contento a todo el mundo y que siempre hay gente con muy buena intención que opina que ellos lo haran mejor, que sin duda puede ser que así sea.
Sin embargo siempre es desagradable en las visitas las quejas sistemáticas a los sin nombre, aquellos que se encuentran por ejemplo luchando para que salga el precio en la lonja cada semana y como cada cunicultor tienen su granja que atender y su familia a la que sin duda las llamadas en las horas de comida y cena tienen que importunar como el que más, ya que no deben recibir una sola llamada, sino una detrás de otra.
Estas figuras ocultas de la cunicultura que mayoritariamente pasan desapercibidas porque nadie las conoce son las que van manteniendo vivo el pulso del sector productor junto con algunos representantes sindicales que tienen motivaciones para realizar campañas o manifestaciones a veces acertadas y otras no, pero que intentan poner en evidencia el problema que el sector ha sufrido durante los últimos años.
Todas ellas pasan al olvido en cuanto la piedra angular del sector, la cotización del kg de conejo en la las diferentes lonjas da síntomas de recuperación, o da la sensación de ello, pero algunos aún recuerdan tiempos no muy anteriores de cotizaciones superiores a los 2 euros por kg y las cotizaciones actuales aún suenan como engranajes oxidados.
Necesitamos más figuras ocultas o no que aparezcan y se pongan al frente trayendo ideas nuevas y trabajando para el sector y sin ninguna duda agradecer su ignorada pero importantísima aportación al funcionamiento del sector, tanto en los tiempos difíciles como en los fáciles.