En un estudio reciente Clint Penick de la Universidad de Arizona ha encontrado varias especies de hormigas que producen sus propios antibióticos para luchar contra las enfermedades bacterianas que las afectan.
Los resultados del estudio realizado con las hormigas revela la presencia de nuevos y desconocidos antibióticos que podrían ser la fuente u origen de una nueva familia de moléculas para ayudar a combatir las enfermedades en humanos y animales
De las 20 especies de hormigas que testaron, en 12 de ellas se encontraron evidencias de la presencia de agentes antimicrobianos en sus exoesqueletos, mientras que en las 8 restantes no se detectaron antibióticos, siendo un porcentaje relativamente alto de especies potenciales para la obtención de posibles moléculas nuevas.