Los conejos y toda la familia “Leporidae” son muy originales en su sistema de digestión. Los únicos que la tienen doble y por el exterior. Similar, aunque mejor, que la que hacen los rumiantes.
Precisan siempre, y absolutamente, el que consuman los cecotrofos en una segunda digestión, ya que son sorbidos directamente del ano cada día, de preferencia en el atardecer, aún noche o muy pronto por la mañana.
Hay muchas especies animales que consumen, por enfermedad o vicio, sus excrementos, denominado como “coprofagia”.
Esto no tiene absolutamente ninguna relación con la “cecotrofía” que es una forma original de evitar, la exclusiva comida de vegetales de zonas áridas.
CECOTROFIA
- Toman el alimento, y lo trituran con los dientes que son cuatro en el maxilar, y dos en la mandíbula. Trituran bien con los premolares y molares, como nosotros, no como los de la gran familia de los roedores que tienen asimismo solo dos dientes en el maxilar.
- Ensalivan bien con varias glándulas salivares.
- Pasan el bolo alimenticio por el esófago hacia el estómago, donde ya hay mucha acidificación (ph de 2,15) y enzimas digestivos. Aparte, de las secreciones de páncreas e hígado, que reciben más tarde.
- Una vez en el intestino delgado, (pH casi neutrro de 7,18) hasta la válvula ileocecal, muy básica para el funcionamiento del momento para producir cecotrofos o heces secas.
- Entra en el superciego donde tiene lugar la función de fermentación por enzimas y microflora (pH de 5.96), y a la vez de mezcla y semitrituración con su peristaltismo.
- El bolo ya entra en la parte del colon proximal, básico para avisar al conejo, de si es cecotrofo o heces, y momento de reabsorción del agua, (ph de 6,55) hasta el resto del colon, e incluso del recto, ya como cecotrofo, de forma arracimada y algo húmedo, gelatinoso es de nuevo ingerido, “chupando” es la mejor definición, y ya como su verdadero alimento.
Los conejos conocen el momento de si producen cecotrofos o heces secas, y los primeros van a la boca, aunque sin masticar y ya sufren una digestión considerada normal (dibujo inferior) y algunos quedan enteros en estómago, y siguen hasta que en el ciego se van transformando en las bolitas que cazadores y cunicultores conocen como “cagarrutas” que son las que caen al suelo, y que los conejos, siempre limpios, amontonan, cuando están “en libertad”.
Veamos la imagen de cómo son los cecotrofos (izquierda), y su composición, y comparación con las heces secas, y cambios:
CECOTROFO Y CAGARRUTA SECA
Hay que tener en cuenta que no son cifras exactas, ya que depende de lo consumido, de la hora del día y del tipo de investigación. Son cálculos matemáticos redondeados de los datos de Proto, V. y Yoshida. I.
El resultado, el que interesa, ya queda señalado. Como los aumentos de Proteína, incluso de composición más alta en aminoácidos indispensables, y algo en Hidrocarbonados, debido a la fermentación bacteriana, rebajando el nivel de fibra o celulosa que baja enormemente (del 51 % al 31 %).
Por ello, podemos afirmar que casi pasan de ser herbívoros, a ser omnívoros, ya que consumen un alimento obtenido por los cecotrofos, más que por hierbas, paja, heno y duros troncos y raíces.
Ya hemos comprobado que todos los conejos, por su evolución genética, muy distinta a la nuestra, tienen comportamientos y “gustos”, dicho en forma de quienes les “quieren proteger”, y reconocemos que son muy tímidos a los depredadores.
No quieren sol ya que, a pesar de muchas comparaciones, son casi de vida nocturna.
Según observaciones de Yardin, las conejas lactantes pasan:
- Dos terceras partes de las 24 horas del día/noche en descanso, entre recogidas y relajadas, incluso ya con ojos cerrados.
- Pasan nada menos que 16-17 horas al día, normalmente durante las horas solares.
- 5 horas en ingestión de alimento.
- 2 horas en aseo y cuidados de la piel.
- Sólo una hora, si es lactante en llevarla a cabo, en una sola vez, y conjuntamente con los movimientos, que pueden ser los mínimos y necesarios.
Las “cosas etológicas” que vemos son muy distintas a las humanas. Puedo asegurar que ellas y ellos están mucho mejor en jaulas adecuadas, en altura entre techo y suelo. Nido adecuado, y espacio de reposo y buen manejo.