Patología

Dermatofitosis en conejos

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Se conoce como dermatofitosis o tiña, a la infección producida por hongos dermatofitos en conejos, la cual está asociada principalmente a Trichophyton menthagrophytes, Microsporum canis o Microsporum gypseum.

Se conoce como dermatofitosis o tiña, a la infección producida por hongos dermatofitos, la cual está asociada principalmente a Trichophyton menthagrophytes, Microsporum canis o Microsporum gypseum.

Los animales que padecen la enfermedad presentan alopecia en forma circular y circunscrita, formación de costras e hiperqueratosis, generalmente en hocico y alrededor de los ojos. Es una enfermedad muy contagiosa, que se transmite por contacto directo.

Se consideran factores predisponentes una temperatura y humedad elevados en las explotaciones.

La tiña o dermatofitosis es una enfermedad zoonótica de la piel y el pelo en conejos que también recibe el nombre de dermatomicosis o tricofitosis, causada comúnmente por Trichophyton mentagrophytes, aunque también se pueden infectar, pero con menos frecuencia, por otras especies como Microsporum canis o Microsporum gypseum.

La importancia de esta patología reside en su carácter zoonótico y en las pérdidas económicas que produce en las explotaciones debido a una disminución en los parámetros productivos. En el conejo, la tiña se caracteriza por la presencia de lesiones alopécicas de tamaño y localización variables.

Además, en las lesiones se observa descamación y eritema. Suele aparecer primero en la cabeza, sobre todo alrededor de los ojos, hocico y orejas. En el hombre [registrados]produce lesiones en forma de anillo circular que van creciendo de forma excéntrica con bordes que pueden llegar a ser bastante irregulares.

El interior del anillo puede ser claro, y muchos de los afectados presentan varios anillos al mismo tiempo que pueden llegar a superponerse y dar lugar a lesiones más extendidas.

ETIOLOGÍA

La dermatofitosis en los conejos puede ser producida por varios géneros y especies, como Microsporum canis o Microsporum gypseum, pero el más comúnmente aislado
en conejos es Tricophyton mentagrophytes. Según su hábitat y preferencias de hospedador los podemos clasificar en geófilos, zoófilos o antropófilos. Los zoófilos son los hongos asociados a animales, pero pueden transmitirse a las personas, produciendo una zoonosis. Los antropófilos son aislados principalmente en humanos, y en ocasiones se pueden transmitir también a los animales. Por último, encontramos los geófilos, que viven habitualmente en los suelos de las explotaciones, donde se asocian con pelo, plumas y pezuñas en descomposición.

Su identificación se realiza mediante la visualización de macroconidias, las cuales nos permite diferenciar entre géneros y especies (Figura 1):

  • Microsporum gypseum: Produce macroconidias en forma de barca, con pared delgada y rugosa con hasta 6 septos.

  • Tricophyton mentagrophytes: Produce macroconidias en forma de cilindro o huso, de pared delgada y lisa con hasta 7 septos.
  • Microsporum canis: Produce macroconidias en forma fusiforme, de pared gruesa y rugosa con hasta 15 septos.

EPIDEMOLOGÍA

Los dermatofitos crecen mejor en un ambiente cálido y húmedo. La distribución geográfica varía en función de los distintos microorganismos, en el caso de M. canis,
M. gypseum y T. mentagrophytes, se hallan distribuidos mundialmente.

La dermatofitosis afecta con mayor frecuencia a conejos jóvenes debido a su sistema inmune inmaduro y los bajos niveles de ácidos grasos fungistáticos en el sebo, pero en algunos casos también puede infectar animales adultos que se encuentren inmunodeprimidos.

Los portadores asintomáticos pueden desarrollar lesiones en respuesta al estrés producido por el hacinamiento, una mal nutrición o como consecuencia de otras infecciones. Las hembras reproductoras portadoras pueden transmitir los dermatofitos a los gazapos por contacto directo durante la lactación. La mayoría de lesiones suelen aparecer, en el 79,5% de los casos, en las fases finales de engorde, lo que produce grandes pérdidas económicas.

La aparición de dermatofitosis también se ha visto relacionada con la temperatura y la humedad, en particular, es significativamente mayor cuando la temperatura es superior a 20ºC y existe una humedad relativa que oscila entre el 62-65%. También se ha comprobado que algunas líneas genéticas tienen mayor predisposición a sufrir la infección.

PATOGENIA

Cuando se produce el contagio y encuentran condiciones favorables en el hospedador, empieza la germinación de las esporas de los hongos, que tiene lugar en el folículo piloso, casi siempre entre las dos vainas de la raíz del pelo.

Tras la germinación aparecen las hifas, cuya actividad patógena se produce en el interior del pelo, y la extensión y gravedad de la infección dependerá del estado inmunitario del animal y las condiciones higiénicas de la explotación.

Las esporas llegadas a las escoriaciones de la piel germinan y se desarrollan en la superficie cutánea por debajo de la capa de células queratinizadas, desde la cual pueden alcanzar también los folículos pilosos.

Desde el punto de vista patogénico, tras la infección, se pueden distinguir tres fases de la enfermedad:

Periodo de incubación

Variable en función de las especies de dermatofitos, puede oscilar entre los 7 y 17 días después del contagio. Las hifas se encuentran en el estrato córneo en el folículo piloso.

Periodo de diseminación

Empieza a partir de los 14-17 días posteriores al contagio, invadiendo la porción queratinizada exterior de la vaina de la raíz del folículo piloso. En los vasos sanguíneos de la dermis pueden aparecer células mononucleares como respuesta celular a la presencia del agente patógeno.

A los 21 días aproximadamente, acontece la proliferación de artrosporas en el lumen del folículo piloso y en la porción queratinizada más blanda de la vaina de la raíz del pelo.

Entre los 28-35 días, se produce la penetración en la cutícula del pelo, y las hifas pueden verse en la zona queratohialina de los folículos en proceso de involución. En esta fase, durante la exploración clínica se observa de forma significativa la fragmentación del pelo en las porciones superiores.

Periodo clínico

Ocurre entre los 28-49 días, y se caracteriza por la aparición de signos clínicos y lesiones.

Se produce una inflamación de la dermis junto con una vasodilatación con exudado seroso que se infiltra en el estrato córneo de la epidermis.

Las masas celulares, junto con el exudado infiltrado en la epidermis, unido con procesos de acantosis y paraqueratosisforman las costras típicas (Figura 2)apreciadas en la exploración clínica. El exudado también invade los folículos pilosos, formando microabscesos cuya ruptura se produce en la dermis circundante.

En el lecho capilar de la dermis media, con frecuencia se observa un infiltrado perivascular linfocitario. Al final puede acabar complicándose con infecciones bacterianas secundarias, como Staphylococcus aureus.

          Figura2. Dermatofitosis. Presencia de una costra en el dorso de un conejo adulto.

TRANSMISIÓN

En una granja libre de tiña, el patógeno se puede introducir en la explotación por medio de animales portadores, o bien por el transporte de esporas introducidas por personas, comerciales o por el propio cunicultor, siendo menos frecuente su introducción a través del camión de matadero debido a la limpieza a la que se somete antes de entrar.

Dentro de la explotación se puede trasmitir por contacto directo de dos formas:

Horizontal: tiene lugar entre animales que están en la misma jaula, por ejemplo, en cebo.

Vertical: la madre transmite la tiña al gazapo y suele ocurrir en el momento de la lactación, haciendo que los gazapos se infecten. La principal zona afectada suele ser la cabeza.

De manera indirecta los animales pueden infectarse por:

  • Paja y otros elementos empleados en la realización del nidal contaminados.
  • Instalaciones sucias y sobre todo, húmedas, predisponen a la infección, así como comederos, bebederos o jaulas que no se desinfectan ni limpian adecuadamente.
  • Ropa de los cuidadores, medios de transporte de la explotación, herramientas, etc…

Cabrera (2017) considera las fuentes de infección más importantes: los animales enfermos y portadores.

ASPECTOS CLÍNICOS

La dermatofitosis cursa con alopecia en forma circular y circunscrita, con formación de costras secas amarillentas e hiperqueratosis. Las lesiones empiezan generalmente en el hocico y alrededor de los ojos, aunque es frecuente que se manifieste alrededor de las orejas y en las patas, pasando en casos graves a infectar todo el cuerpo.

Es también común que los animales presenten prurito, como consecuencia, se rascan generando heridas que pueden llegar a infectarse por bacterias produciendo una infección bacteriana secundaria.

DIAGNÓSTICO

Siempre hay que descartar otras patologías que nos pueden producir signos parecidos, como sarna sarcóptica, dermatitis papilomatosa, pasteurelosis de la piel o mieloma endocrino.

Esta patología se puede diagnosticar siguiendo varios métodos:

Clínico

Se basa en las lesiones que presenta el animal, como son las zonas de alopecia con o sin prurito localizadas alrededor de los ojos, labios y oídos.

Cultivo micológico

Es la técnica de elección para diagnosticarlo. Se deben tomar muestras de pelo de las zonas del borde de la lesión y se cultivan en un medio ASD a 25-27oC durante 5 semanas, revisándolo 2 veces por semana, y de confirmarse se observarán colonias de color blanco-crema, algodonosas, elevadas y que se extienden rápidamente.

En el caso de confirmar que pertenece al género Tricophyton se puede usar un agar comercial Tricophyton que permite diferenciar entre especies del género.

Medio dermatofito (DTM)

El hongo produce una alcalinización del medio como resultado de la producción de metabolitos alcalinos durante el crecimiento de los dermatofitos.

Examen microscópico directo

Se debe realizar un raspado con KOH de la zona adyacente a la lesión y realizar una extensión en un porta. Las macroconidias o artrosporas de la piel o el pelo se pueden observar mediante tinciones especiales, como azul de lactofenol o metileno.

Biopsia cutánea

Por el aspecto poco llamativo de las lesiones en el microscopio, es fácil que pasen inadvertidas con tinciones comunes como hematoxilina y eosina. Por ello hay que usar métodos especiales, como la coloración de Bauer, la reacción al ácido peryódico de Schiff (PAS, Figura 3) o la coloración de Gridley para reconocer los hongos en el corte histológico. También se pueden observar lesiones como una epidermis hiperqueratótica y acantótica con un infiltrado inflamatorio agudo o crónico en la dermis subyacente.

Lámpara de Wood

Rara vez es útil ya que solo Microsporum canis produce residuos fluorescentes,
así que si está infectado por otro género o especie nos puede dar lugar a falsos negativos.

También se ha descrito que las bacterias propias de la piel o la queratina pueden dar a veces falsos positivos.

  Figura3. Muestra de piel. Se observan hifas y conidios en un folículo piloso (tinción PAS).

TRATAMIENTO

El tratamiento se basa en el uso de antimicóticos tanto sistémicos como locales. También es importante administrar antibioterapia en el caso de que los animales presenten infecciones bacterianas secundarias.

Antimicótico sistémico

Es el tratamiento de elección. Se puede usar griseofulvina en el pienso a dosis de 250 mg/kg de pienso al día durante un periodo de 15 a 21 días.

Este producto detiene la evolución de las micosis, mata los hongos
de la piel y favorece la reaparición del pelo, pero carece de acción a medio y largo plazo, por lo que
hay que ir hacia la prevención ambiental para evitar reinfecciones.

Antimicótico local

Se pueden administrar directamente en la zona de la lesión soluciones de tinturas de yodo y antisépticos.

CONTROL, PREVENCIÓN Y CONSECUENCIAS

Es importante realizar un tratamiento ambiental, ya que las esporas dermatofíticas son susceptibles a los desinfectantes comunes como el cloruro de benzalconio, por lo tanto, hay que desinfectar todas las jaulas y objetos con los que los animales infectados han estado en contacto. Para prevenir la transmisión, los animales infectados deben estar aislados hasta que se resuelva. Los animales que han tenido contacto con el enfermo deben revisarse para detectar infecciones asintomáticas.

Algunos veterinarios usan antimicóticos como profilaxis para animales en contacto. Las instalaciones se deben limpiar y desinfectar para ayudar a prevenir infecciones en otros animales o humanos.

Para prevenir la introducción de dermatofitos en las explotaciones, los animales de nueva adquisición se deben aislar y se les debe realizar un cultivo para confirmar que son negativos. El control de roedores puede disminuir la exposición a T. mentagrophytes y se debe evitar el acceso a suelo contaminado, especialmente con especies geófilas.

Hay que tener en cuenta que al afectar principalmente a animales jóvenes (cebo), produce un retraso en el crecimiento, incrementando los costes de producción
y el consumo de alimento. También hay que considerar los gastos producidos por la mano de obra y medicamentos que debemos administrar para poder controlar la enfermedad

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